Para muchos en esta región del país, el nombre de Cecilia Caballero de López es conocido, precisamente porque es la mujer que ostenta el cargo de haber sido la Primera Dama del Departamento, por ser la esposa de Alfonso López Michelsen, primer gobernador que tuvo el Cesar cuando se dio la separación del Magdalena Grande, el 21 de diciembre de 1967.
En homenaje a ‘La Niña Ceci’, se le puso su nombre a la Casa de la Cultura, para recordarla por su empeño y trabajo a favor de la niñez y de los ancianos, cualidades que años más tarde, precisamente en el año 1978 fue declarada Mujer del Año, un merecido reconocimiento a las obras sociales que realizó siendo primera Dama de Colombia, en el periodo comprendido entre 1974 a 1978.
Su bandera mientras fue Primera Dama de la Nación, fue trabajar por la familia y los niños, tanto que en 1978 salió la Ley Cecilia, que acabó con la diferencia existente entre hijos naturales y legítimos, lo que ocasionó que se dieran muchos cambios en la sociedad de este país.
Pero esta mujer de origen santandereano, no solo trabajó por la familia y por la infancia, también se preocupó por las personas ancianas y de esta forma creó Fundama. Todo este trabajo social, su carisma, han hecho que sea una mujer admirada y recordada y más hoy que llega a su centenario.
‘La Niña Ceci’ fue el soporte de su esposo, exgobernador del Cesar y expresidente Alfonso López Michelsen, unión que se mantuvo hasta el día de la muerte de su amado, en julio de 2007; pero para ella, los recuerdos de tantos años de matrimonio se mantienen vivos, con la esperanza de algún día reencontrarse.
Como pocas, doña Cecilia Caballero es considerada una mujer integral, no solamente por sus buenos principios y valores, sino por su inteligencia y admirada por su trabajo; además de preparada, porque habla también inglés, francés y alemán.
Se dio a conocer por su trabajo y por ser la compañera inseparable del expresidente López Michelsen, debido a que en todas las actividades políticas de su esposo, ahí estaba ella, pendiente de las correrías y de las ayudas sociales que pudiera dar. En los sitios a donde llegaban, era conocida como ‘La Niña Ceci’, mas que como Primera Dama y esto por su sencillez y espíritu de colaboración.
A su edad, aún conserva el buen sentido del humor, la gracia para mantener una buena charla y su simpatía.