La admiración hacia Gustavo Petro, en mi caso, ha ido de menos a más. Cuando fue elegido alcalde de Bogotá y se le vino encima la Procuraduría General de la Nación (PGN) con investigaciones por presuntas faltas disciplinarias en el tema de supuestas irregularidades en la recolección de basuras en el Distrito Capital, que condujo a una emergencia sanitaria Petro, no solo fue destituido de su cargo, por haber expedido el decreto 570 de 2012 en virtud del cual se declaró la alerta naranja y se dispuso medidas de emergencia como fue la contratación de vehículos particulares para la recolección de las basuras, se aclara que esto se hizo antes del vencimiento de los contratos suscritos con Aguas de Bogotá y con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá.
Pero además de su destitución, también fue inhabilitado por 15 años para ejercer cargo público y una impagable multa impuesta por la Contraloría General de la Nación. Lo irónico del asunto es que Petro como senador, perteneciendo a una minoría opositora al Gobierno de Iván Duque, apoyó con su voto la candidatura de Alejandro Ordoñez Maldonado para ser elegido PGN. El final es por todos conocido, Gustavo Petro fue reintegrado a su cargo, gracias a las medidas precautelares tomadas por la CIDH organismo internacional, y el fallo de fecha 8 de julio de 2020 en el sonado caso “Petro contra la República de Colombia”.
El argumento jurídico central es el consagrado en el artículo 23-2 del Pacto de San José, en el que se advierte que se debe proteger los derechos políticos a elegir y ser elegido y que solo a través de un juez competente y mediante un proceso penal se pueden restringir los derechos de quien ha sido elegido libremente, y sucede que la PGN no hace parte de la rama jurisdiccional y los procesos disciplinarios no son procesos penales. (¡!)
Este episodio, fue el trampolín que disparó la popularidad de GPU. No obstante, la desinformación es total, pues hablando con alguien sobre este asunto, manifestó que Petro había regresado a su cargo, gracias al apoyo obtenido por parte de las Organizaciones No Gubernamentales. (¿?) Pero antes de las elecciones presidenciales y conociendo de antemano que apoyaba al Pacto Histórico, me dijo que en sueños el Espíritu Santo lo había utilizado como instrumento para que me dijera que no votara por GPU. De inmediato le pregunté si por casualidad el Espíritu Santo, le había dicho por quién debía votar.
Pero guardó silencio. Cuando formulé la pregunta lo hice tal como lo hizo María (¿y cómo puede ser eso sino conozco varón?) Pero ella, a diferencia mía, si obtuvo una respuesta contundente. Concluí que el “mensaje divino” de marras, debió llegarme a mi directamente, como le llegó a María, pues me considero hombre de fe y temeroso de Dios. ¿Narrativa uribista? ¿fake news? ¿Golpe blando?
Frase de cierre: “Así dice el Señor Yahvé: “¡Ay de los profetas insensatos que siguen su propia inspiración, sin haber visto nada!”. Ezequiel 13,3.
Por: Darío Arregocés Baute.