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La morriña

La morriña es una canción de la autoría del “Cacique de la Junta” Diomedes Díaz Maestre (Q.E.P.D.), grabada por un dueto extraordinario: “Juancho” Piña y “Juancho” Rois, hace cuarenta años aproximadamente, cuando comenzaban sus carreras artísticas, que sin duda alguna constituyen un valioso aporte a nuestra música vallenata. Rescata la canción, un hecho de ocurrencia frecuente en muchos hogares, que son las escenas de celos de la mujer, cuando el hombre llega a su casa después de estar, para decirlo en el lenguaje cibernético de hoy: “en modo parranda”.

La canción, solo tiene dos estrofas, pero cuenta con la nota inconfundible de “El Fuete” y la voz melodiosa y clara del hijo de San Marcos (Sucre). Es un tema costumbrista, como todas las canciones de Diomedes Díaz, donde Juan Humberto Rois (Q.E.P.D.), hace un verdadero derroche de su creatividad y talento, al momento de ejecutar el acordeón.

Empero, siempre me intrigó el título de esta obra musical, pues hasta donde consulté, “Morriña”, no figura, salvo mejor opinión en contrario, dentro de nuestros modismos, muchos de ellos, rescatados por Consuelo Araujo Noguera, en su obra: Lexicón Vallenato. Al parecer, el significado que le da el famoso cantautor, por lo que expresa la canción, son los disgustos de la mujer a causa de los celos. Sin embargo, consultando con el diccionario de la Real Academia Española, Morriña proviene del gallego morrinha, que significa tristeza, añoranza, especialmente por la tierra natal. Es sinónimo de nostalgia.

Pero estas son curiosidades del idioma, que no restan mérito, no faltaba más, a la composición de “El Cacique”, y que si hoy hago mención de esto, es por hacer aclaración del significado de este vocablo, pues muy poca gente lo conoce. En este orden de ideas, podemos decir que morriña, fue lo que sintió Rafael Manjarrez, cuando compuso el himno del vallenato: Ausencia sentimental. También fue lo que sintió Armando Zabaleta (Q.E.P.D.) cuando compuso: No voy a Patillal, la patria chica de su entrañable amigo Freddy Molina (Q.E.P.D.). Dos verdaderos clásicos del vallenato. Sin olvidarnos de otro clásico como lo es El viejo Migue, merengue de la autoría del maestro Adolfo Pacheco Anillo, dedicado a su padre Miguel Pacheco Blanco, o de Fonseca, la misma que inspiró a “Chema” Gómez (Q.E.P.D.). Y es también, la misma añoranza que inspiró a Roberto Calderón Cujia cuando encontrándose solo en Barranquilla, lejos de los suyos y de su patria chica, compuso Luna Sanjuanera.

Para concluir, podríamos decir entonces, que morriña es, en estricto sentido, la añoranza que se experimenta especialmente por la tierra de donde uno es. Sirvan de ejemplo las composiciones citadas.

darioarregoces@hotmail.com

 

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