La pandemia generada por la covid-19 le planteó diversos desafíos a Valledupar. Además de la reapertura del sector económico, respetando los protocolos de bioseguridad, las autoridades locales deberán luchar en contra del triste fenómeno del trabajo infantil y el uso de menores de edad para la mendicidad.
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Mientras que en la zona céntrica abundan los menores de edad en estado de mendicidad, en la mayoría de barrios que cuentan con los llamados mercaditos, los infantes se dedican a diversas actividades como hacer mandados, cargar bultos con alimentos, entre otras cosas, con el fin de obtener algo de dinero.
Dicha crisis se incrementó con la llegada de migrantes venezolanos a la ciudad, la mayoría de ellos en condiciones de pobreza extrema. De allí que se hizo común la triste imagen de menores de edad pidiendo en los semáforos, vendiendo productos o limpiando vidrios.
En ese sentido, Karen Estrada, jefe de la Oficina de Gestión Social señaló que ve con preocupación el aumento del trabajo infantil en Valledupar.
“Nosotros como Oficina de Gestión Social adelantamos campañas para prevenir el trabajo infantil. Hemos llegado a diferentes puntos de la ciudad porque desde un tiempo para acá los casos de menores edad trabajando en las calles han aumentado, sobre todo las actividades de niños pidiendo dinero”, señaló la funcionaria Karen Estrada.
Ante esta situación, la Oficina de Gestión Social adelanta una campaña de sensibilización a la cual se ha sumado el Instituto Colombiano de Bienestar Familia, ICBF, la Secretaría de Salud local y el Ministerio del Trabajo.
Con el apoyo de estos entes, las actividades realizadas consisten en sensibilizar a los padres de familia y recalcarles que en esta etapa donde la ciudad enfrenta una emergencia sanitaria no es conveniente tener a sus hijos en las calles.
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A nivel departamental, Valledupar es el quinto municipio con el índice de probabilidad de trabajo infantil más alto, con un 5,1 %, según el Departamento Nacional de Planeación. Esta cifra permite estimar la probabilidad de trabajo infantil de los niños, niñas y adolescentes incluidos en más de 7,9 millones de registros de la encuesta Sisbén. En ese sentido, San Martín, San Diego y El Copey son los territorios más propensos para que los niños sean explotados laboralmente.
Según el DNP, entre los departamentos el de menor riesgo de trabajo infantil es el Chocó con un indicador del 1,3 % de su población entre 5 y 17 años. Es decir, que no necesariamente por tener altas tasas de pobreza es el más propenso a que sus niños entren a la fuerza laboral.
FACTORES
Dentro de las razones que permiten el trabajo infantil, explican los expertos, está que muchos de los padres de menores trabajadores no alcanzan a tener un solo grado de educación básica. Además, en promedio, el 85,7 % de los jefes de hogar de menores trabajadores se encuentran empleados de manera informal.
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“Nosotros también articulamos labores con la Policía Nacional y la Secretaría de Familia en las cuales hacemos es una caracterización, una sensibilización y luego un seguimiento. Cuando se encuentra un caso de vulneración recurrente, es allí donde el ICBF, la Policía y la Comisaría intervienen para sancionar a los padres infractores”, apuntó Estrada.
Por: Robert Cadavid/ EL PILÓN