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La mariposita urumitera

Antes de Marina, la gran ‘Maye’, Escalona no le compuso canción ninguna a una mujer y repetía Andrés Becerra Morón que realmente su primera composición fue ‘La Enfermedad de Emiliano’, pues lo del profesor Castañeda fueron unos versos sin mayor trascendencia, le compuso a Moralito, le cantó a la Vieja Sara y al respecto cuenta la ‘Maye’ que el famoso ‘Corte blanco con su collar’ no era blanco sino adornado con bolitas azules que ella compró en un almacén de propiedad de Isabel Martínez ‘Chave’, mi tía en La Paz, mamá de Leonel Aroca y abuela de Tico y Hugo, quienes gozan de merecido prestigio en la sociedad vallenata, el collar era de perlas y lo trajo Escalona de Barranquilla; también en una canción, le mandó a decir a Miguel Canales, hijo del rico hacendado don Pedro Canales, que “se dejara ver la cara, que si él no viene aquí, yo voy por él antes de que se lo coma La Montaña”, así con mayúscula, pues era el nombre de una inmensa finca que hoy ya dividida es de los herederos del viejo Canales.

En La Paz conoció a Marina y detrás de ella se fue para Santa Marta, La Maye, hija única, rica y bella, pues su papá don Juan Arzuaga hacia alarde de su capital llenando la Plaza de San Francisco con cientos de reses y era terrateniente dueño de miles de hectáreas, la mandó a estudiar en la Escuela Magdalena que con El Liceo Celedón donde entró Rafael eran los Centros Educativos más famosos de Santa Marta. Se vino La Maye para La Paz y se acabaron los estudios del Liceo y empacó maletas como perrito faldero, se casó y ahí fue Troya. Nacida Ada Luz, pero todavía sin Casa en El Aire y en camino Rosa María, lógicamente sin El Manantial, mi tío Pedro Nel Aponte a la postre Alcalde de La Paz, se llevó a Marina y a Ada a temperar a Urumita por unos días (casi se fue al año) y ahí en Europa en compañía del inolvidable Cabiche Aponte, bañándose en El Marquesote en un momento de inspiración compone La Casa en El Aire, que es interpretada por primera vez por Chema Ramos, padre y abuelo de los Chemas de ahora, después cae en manos de Emiliano, quien la hizo conocer por todas partes; se le escapa a Marina por un mes o más siempre de la mano de Cabiche y nace La Mariposita Urumitera, canción compuesta para una bella europea, no novia de él sino de Cabiche, cuyo nombre comienza por E y termina en A y que no lo digo completo porque no tengo la autorización de esa bella dama. Esa era su costumbre, cantarle a los amigos y así lo hizo con Alfonso Cotes en El Gavilán Pollero, El de La Ceiba de Villanueva y con Hugues Martínez en El Pirata del Loperena y con su carnal Tatica en El Chevrolito, pero a pesar de eso en Urumita se enredó con una dama a quien no le hizo canción, pero si le hizo dos hijos; ella y ellos pequeños se fueron para Maracaibo y hasta el sol de hoy.

Me complace sobremanera la determinación de la UNESCO de declarar como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a la Música Vallenata y ojalá sea este un mensaje para que dueños de conjuntos traten de meter unas cuantas composiciones clásicas en sus CD, porque o de no, aún con ese reconocimiento la crisis va a ser grande.
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