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La Malangada

José M. Aponte Martínez

Los urumiteros son jodidos, para ellos todo lo que en su pueblo se hace es lo mejor: los pasteles según mi inolvidable hermana Mireya o la Cacha Aponte no tienen igual, son aristócratas, los dulces de la Canca lo mismo, las arepas limpias o de queso de la Negra ni para que hablar, las almojábanas, mejor que la de los pacíficos, las famosas arepuelas de Luisa Bolaño en Villanueva no sirven pa´ ná en comparación con las de La Liche y para que hablar de los dominicos y aguacates de mi primo Chálalo y los bellos, eso sí bellos, jardines adornados con hermosas calagualas que son los más bonitos de la región.

Ahora son los papás de la malangada, antiquísimo plato de Villanueva que mi mamá decía que era guiso de gallina y malanga pangá, malanga que según ellos es la mejor del mundo y que echa por una Urumitera no  tiene igual y además según Jaime López Araújo “El Ermitaño”, las urumiteras no tienen con quien compararse ¡que se atece el hombre que se acueste con una de ellas!, porque si no se avispa lo saca de la cama vuelto una gelatina, ahí si hay con quien, tienen hasta un estilo para hablar enseñado por el famoso e inolvidable abogado Ovidio Palmera Baquero con la lengua acaracolada.  

Antes de ayer, que yo creía que era miércoles y era jueves y por eso esta columna, que se lee los viernes, sale hoy sábado, fui invitado a la casa de mis buenos amigos Johnny Pérez y Lola López, Urumitera ella e hija del Ermitaño y reitero “López” que en Urumita equivale a Kennedy, según el Doctor Ala Aponte, a una malangada y ahí se confirmó lo dicho: son las mejores del mundo.

En una mesa de 8 ó 10 puestos nos sirvieron el suculento almuerzo y a manteles estuvimos el Ex ministro José Antonio Murgas, los hermanos Carlos, Álvaro e Iván Morón Cuello, Ernesto Orozco, Pacho Fuentes, el Agraciado y yo, devorando la deliciosa comida servida en abundancia, pues cada quien, por lo menos, consumió media pechuga, un muslo y dos o tres colombinas de Mc Pollo que son bien grandes, con bastante caldo, que no guiso, con unas buenas ruedas de malanga blanca y suavecita, vick, le dicen acompañada de un delicioso queso criollo de huequitos, que voy a averiguar si también es Urumitero y dónde lo consigo y una bandeja de amasá maíz llena de torrejas de aguacate, por lo bueno también urumitero y una aguapanela helada, esa sí atanquera, que es la mejor del mundo.

Terminado el almuercito llegaron los dulces de toronja, filo, leche, coco y piña urumiteros con el mismo queso y un aromático tinto; quedamos como marido de fondera e inmediatamente los demás iniciaron una agradable tertulia, pero yo estaba que me dormía y a la 1:00 me fui a acostar e hice una larga siesta de 3 horas.

¿Adivinen quien fue la autora de semejante delicia gastronómica? Nada más que la Urumitera – Villanuevera Carmen Beatriz Vanegas, cariñosamente conocida como “Tati”, para quien van nuestros aplausos y agradecimientos extendido a Johnny y a Lola, no sin antes quejarme por la ausencia inexplicable del apetitoso y dulce dominico urumitero.

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