La Galería Popular de Valledupar, ubicada entre las calles 18ª y 18b, desde hace 25 años cuando fue creada por el exalcalde Aníbal Martínez Zuleta y entregada por Rodolfo Campo Soto se constituía en la solución comercial a muchos habitantes de la ciudad, al encontrar en un solo lugar diversidad de productos a bajos precios y en una zona céntrica.
Con el pasar del tiempo, los vendedores del lugar aseguran que sus ventas han bajado notablemente ante la aparición de centros comerciales y en especial por la proliferación de vendedores ambulantes que se apoderan de sus accesos, dificultando el paso a las personas que se acercan y desdibujando la zona. Por esta razón, en pasados días protagonizaron una protesta pacífica donde le exigían a la administración municipal mayor control al espacio público.
De acuerdo con el administrador de la Galería Popular de Valledupar, Yair Calderón Jácome, actualmente hay 428 locales, de los cuales 60 de ellos están cerrados por las bajas ventas. “Este hecho se percibe en la sección de calzado, lo cual se ha dado transitoriamente desde el año pasado hasta la fecha. La Galería está conformada por secciones de: calzado, ropa, electrodomésticos, mercado y restaurante. La gran mayoría son copropietarios que pagan cuotas de administración para el mantenimiento y funcionamiento del edificio como: seguridad, servicios públicos y reparaciones del lugar. Ante esta crisis ha decaído el pago para las cuotas de los comerciantes y ha subido la cartera”, comentó.
Subrayó que debido al descontento de los comerciantes de la Galería Popular por las bajas ventas que se han ocasionado, donde el detonante ha sido la omisión del municipio en su responsabilidad de controlar a los vendedores ambulantes que se encuentran alrededor del lugar, se generó la protesta de la semana.
“Es tanta la omisión del municipio que no existe ningún tipo de control y lo que se ve hoy en día es hacinamiento de los vendedores ambulantes por todos lados, incluso en las entradas principales, por lo que los clientes cuando llegan o se van no tienen por dónde sacar la mercancía. En reiteradas ocasiones nos hemos sentado con las autoridades competentes y han dicho que harán planes de contingencia, han puesto fecha y debido al reiterado incumplimiento de esas reuniones se decidió hacer la protesta la semana pasada para que contrarresten la crisis que viven los comerciantes de la Galería Popular de Valledupar, que los afecta económicamente y repercute en la imagen del sitio; un ejemplo claro de ello son las sombrillas externas que generan contaminación visual”, argumentó Calderón Jácome.
Lo que piden los querellantes es la reubicación de los vendedores ambulantes que se colocan a las afueras del establecimiento y que se haga respetar el espacio público.
Al respecto, el secretario de Obras Públicas, Juan Pablo Morón Riveira, quien en días pasados fungió como alcalde encargado, manifestó que “atendimos una delegación de 13 comerciantes de la Galería Popular, a quienes atendimos y escuchamos. La conclusión fue una reunión intersectorial para el lunes 19 del presente mes, donde estarán presentes representantes de: Tránsito, Espacio Público, Gobierno, Gestión Social y Obras Públicas, junto con el alcalde de Valledupar para plantear compromisos al uso del espacio público que ellos también hacen en la parte exterior de la Galería y compromisos sectoriales frente a la situación que plantean”.
También socializó el proyecto del Mercado Público y Galería de Vendedores Ambulantes, ubicado en el lote de la antigua Granja, al frente de la bomba de ‘Tico’ Aroca, sobre la avenida Salguero, que tiene una inversión cercana a los 57 mil millones de pesos, “que está diseñado, que se hizo con la Universidad Nacional para hacer la nueva Galería y el Mercado Público, que involucra a los vendedores ambulantes estacionarios y que está en proceso de asignación de recursos en el OCAD Departamental. El proyecto está en trámites para ser concertado en OCAD y una vez se asignen los recursos de regalías comenzaría el proceso de contratación de las obras”, explicó el funcionario.
Por su parte, el secretario de Gobierno, Gonzalo Arzuza, aseveró que “la semana que viene vamos a hacer operativos con Espacio Público y la Policía; pero también insisto que los vendedores formales de la Galería recojan las mercancías que tienen en las puertas de afuera, puesto que algunos de ellos también propician el desorden de espacio público; es importante que ellos colaboren en el tema. Esto es una corresponsabilidad de todos; nosotros haremos nuestro trabajo, pero es necesario que nos ayuden”.
Hablan los vendedores
Richard Soto: “Tengo 16 años de estar en este local, pagamos arriendo por $400.000, cerca de $150.000 por administración, Cámara de Comercio e Industria y Comercio. Luchamos una especie de batalla porque los vendedores informales obstaculizan el espacio y ejercen una competencia desleal que nos coloca en desventaja, puesto que ellos no pagan lo exigido por Ley como nosotros. Al mes tenemos que vender cierto porcentaje para sacar estos gastos y el resto son las pocas ganancias que nos quedan. Los puestos de los vendedores ambulantes obstaculizan el espacio público, no permite que la gente se desplace con facilidad, afectándonos porque prefieren no entrar al lugar”.
Jorge García: “Tengo 22 años de estar trabajando en la Galería; pago 650 mil pesos por el local y 200 mil pesos por administración. Debo vender cerca de 2 a 3 millones de pesos para solventar esos gastos y últimamente uno no los produce. Anteriormente las ventas eran mejor porque había menos competencia; ahora los vendedores de afuera han proliferado y apoderado del espacio externo, afectándonos en las ventas porque nuestros clientes se aburren de las incomodidades para entrar y se van o dejan de venir. A la administración municipal le solicitamos más publicidad del lugar y ejercer medidas eficaces del control de espacio público, reubicándolos o quitándolos de las afueras de la Galería”.
Daniel Martínez: “Llevo 10 años vendiendo en la Galería; en arriendo en un local pago 300 mil pesos y en otro 450 mil pesos sumado a los 300 mil de administración, lo que me exige vender de 10 a 15 millones de pesos entre los dos locales, lo cual en esta temporada no se da. Antes era mejor porque los clientes tenían donde parquear sus vehículos; en la actualidad no hay por dónde entrar. El alcalde en su campaña nos prometió ayudarnos con esta problemática y hasta ahora no lo ha hecho”.
Álvaro Pinto: “Tengo 25 años en este lugar. Las ventas han bajado aquí y en el resto del país; en nuestro caso se ha agudizado por los vendedores informales. Quitarlos es imposible porque ellos también están acá por el sustento vital; lo que pedimos es que mejoren la situación de espacio público y no permitir nuevos vendedores”.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN