Este municipio del centro del departamento del Cesar, en pleno corazón minero, de donde extraen carbón para suplir las necesidades del mineral a nivel mundial, vive su propio karma.
Tiene cerca de 40 mil habitantes, la mayoría viviendo en su cabecera urbana, que están esperanzados en el crecimiento y desarrollo de su municipio, que tiene varias ventajas frente a otras poblaciones cesarenses. Su ubicación en el eje minero lo ha hecho un ente territorial privilegiado porque históricamente ha recibido millonarios recursos provenientes de las regalías del carbón, que luego de 2011 con el nuevo Sistema General de Regalías se fueron disminuyendo.
El impacto de esos dineros no se reflejó en el bienestar ni en el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes. Por eso siguen sin un adecuado sistema de agua potable y alcantarillado, sin un hospital digno en el que se pueda salvar una vida, y con una institucionalidad resquebrajada, no en vano hoy existe un conflicto por el cargo de personero, que se supone es la oficina del Ministerio Público que debe velar por los intereses de la comunidad. Los concejales chiriguaneros escogieron una personera más por simpatía política y no tuvieron en cuenta la calificación que hizo la universidad que ellos mismos contrataron.
En estos días el municipio de Chiriguaná ha mojado prensa porque su hospital de segundo nivel (San Andrés) pasó a ser un puesto de salud si se quiere decir. Su sección de especialistas fue cerrada y la crisis financiera no permite que cuente con los insumos básicos de un servicio de salud, y los más perjudicados son los ciudadanos que deben buscar atención médica en otros municipios.
Lo último fue la noticia que dio a conocer ayer la Contraloría General de la República, en la que hizo público los 209 hallazgos con presunta incidencia fiscal por más de 92.912 millones de pesos, como resultados de las auditorías que realizó al manejo de los recursos de regalías en el primer semestre de 2016.
El municipio de Chiriguaná es el único que aparece relacionado porque contrató la “Ampliación y optimización de la red de recolección del sistema de alcantarillado sanitario de la cabecera municipal –segunda etapa-‘, por valor de 5.922 millones y al momento de hacer la auditoría los funcionarios del organismo de control encontraron que la obra no estaba en funcionamiento. Esta es una de las tantas inversiones en esta población que reciben una importante inversión y no tienen un final feliz. ¿Será que Chiriguaná puede tener mejor suerte, menores líderes políticos y mejor suerte en sus obras?