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La lucha de Laura Thaliana por una vida libre de violencia en Valledupar

La lucha de Laura Thaliana por una vida libre de violencia en Valledupar.

En medio de la cotidianidad de Valledupar, capital del departamento del Cesar, se esconden realidades dolorosas y luchas personales. En ese contexto emerge Laura Thaliana Lacouture, una figura que lucha por sus derechos en una sociedad que aún no ha terminado de comprender la diversidad de género.

“Mi vida no ha sido fácil”, comienza Laura, con su voz temblorosa. “Desde joven supe que no encajaba en el cuerpo que me habían dado. En Valledupar ser diferente puede tener un alto costo”. En la ciudad, el machismo y el rechazo a las diferencias aún tienen espacio. Laura Thaliana ha enfrentado numerosos insultos en la calle, hasta agresiones físicas. Su vida ha estado marcada por el miedo y la intolerancia. Lo más grave es que al intentar denunciar las agresiones, ha encontrado indiferencia por parte de las autoridades.

 “Cuando intenté denunciar las agresiones me miraron como si fuera culpable de algo”, recuerda con amargura. “La policía no entiende nuestra realidad. Para ellos somos una molestia, no ciudadanos que merecen protección. La violencia verbal y emocional es común debido a la falta de comprensión sobre mi identidad”, explica Laura, cuyos ojos reflejan una determinación inquebrantable incluso en medio del dolor.

Sus pasos por las calurosas calles de la ciudad se convierten en testigos silenciosos de los insultos y agresiones que enfrenta toda una comunidad, y “aquellos que desafían las normas impuestas”.

REALIDAD VISIBLE

Laura no es la única víctima. La Corporación Caribe Afirmativo cuenta con un doloroso registro de 26 mujeres transgénero que han perdido la vida víctimas de feminicidio, en contextos de crueldad y sevicia y a causa de situaciones relacionadas con el acceso a derechos.

Este recuento no solo revela la vulnerabilidad extrema que enfrentan las mujeres transgénero, también la necesidad de abordar la violencia de género y la discriminación sistémica que contribuyen a estas tragedias.

En el departamento del Cesar, la violencia contra la comunidad LGBTIQ+ es una realidad que para muchos puede ser escalofriante. Un caso notable es el de Leidy Padilla Daza, una mujer trans y activista LGBTI asesinada en 2020.

Leidy era estilista, madre por elección, mentora y defensora de los derechos de las personas trans. Su salón de belleza era un refugio para muchas mujeres trans, un espacio donde podían ser ellas mismas sin miedo a la discriminación. Sin embargo, su muerte, resultado de una disputa en las afueras de su peluquería, conmocionó a la comunidad y se convirtió en un símbolo de los peligros que enfrentan las personas transgénero en la región.

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APOYO LIMITADO

El año pasado, la Defensoría del Pueblo publicó que estaba trabajando por los derechos de las personas transgéneros. “A través de nuestras Duplas de Género, este 2023 hemos acompañado, asesorado y realizado acciones de incidencia en 197 casos de violencia contra la comunidad trans en el país, en 171 de ellos, a mujeres transgénero y en 26, a hombres transgénero”, afirmó Carlos Camargo Assis, defensor del pueblo.

Sin embargo, en el departamento del Cesar la falta de políticas públicas efectivas y la discriminación perpetúan el problema. Los recursos disponibles para las personas LGBTIQ+ que enfrentan violencia o discriminación son escasos. Las organizaciones locales ofrecen apoyos, pero no son suficientes para abordar las necesidades de la comunidad diversa.

“No hay recursos que cubran a la comunidad diversa”, explica Lacouture. “Solo hay apoyo en gestión social, como fundaciones diversas que apoyan a todas estas personas que han sido abusadas o discriminadas en el Cesar“.

LLAMADO DE ATENCIÓN

A pesar de los obstáculos, Laura se niega a rendirse. Se ha convertido en una defensora de los derechos LGBTIQ+ en su comunidad, participando en reinados y brindando apoyo a quienes enfrentan situaciones similares. “Mi determinación como persona y mi deseo de inspirar a otros miembros de la comunidad LGBTI a luchar por sus sueños me mantienen en pie”, afirma.

Sin duda, en el Cesar, la lucha contra la violencia de género en la comunidad LGBTIQ+ requiere atención urgente. A través de la conciencia, la solidaridad y el apoyo mutuo, la comunidad diversa continúa su lucha por la igualdad y el respeto en la región. “Es hora de que la voz de la comunidad LGBTIQ+ sea escuchada y respetada”, cierra Laura.

Categories: Cesar y La Guajira
Periodista: