“Samuelito no sabe en que forma
ha perdido a su hermano querido
que se venga pa’ cá pa’ La Loma
que con mucho gusto lo recibo”.
“Mi papá estaba con dificultades respiratorias. Se fue quedando tranquilo, cerró sus ojos y se durmió para siempre”. Así definió uno de sus hijos la muerte del juglar Samuel Antonio Martínez Muñoz, ocurrida en el corregimiento de La Loma, jurisdicción del municipio de El Paso, Cesar, la noche del lunes 27 de septiembre de 2004, cuando contaba con 82 años. Había nacido el domingo 2 de septiembre de 1922.
Su hijo que lleva su mismo nombre, Samuel, relató que “Mi papá era un hombre noble y bueno que soportó con paciencia su enfermedad, su ceguera. En los últimos años no le grababan sus canciones. Quedaron muchas de ellas inéditas, y las regalías por sus pocas obras grabadas no llegaban. Él tenía agradecimiento con Jorge Naín Ruiz Ditta, hijo de La Loma, quien con un grupo de amigos creó en 1990 el Festival de Canciones Samuel Martínez, que sigue vigente”.
El viejo Samuelito, como todos lo llamaban, dejó un importante legado musical como el caso de la canción en ritmo de paseo ‘La Loma’, grabada por Alfredo Gutiérrez, Jorge Oñate, Silvestre Dangond, y tema de concurso en los distintos festivales vallenatos.
Dentro de su repertorio también se destacan: ‘Potrerillo’, ‘Los primeros días’, ‘La bicicleta’, ‘La mujer tetona’, ‘La mala suerte de Juana’, ‘María Barba’, ‘La corredera’, ‘El arte musical’, ‘El candao de las mujeres’, ‘Feliz carnaval’, Los carruseles’ y ‘La vejez’, entre otros.
Samuelito, se la pasaba sentado en el patio de su casa. Poco llegaban los amigos como antes, a pedirle les hiciera canciones para sus enamoradas, ni tampoco tiraba los versos que lo hicieron famoso en la región.
En su paso por la vida, Samuelito se prodigó con el acordeón y dejó 10 hijos: Carmen, Alicia, Samuel, Luis Rafael, Fabio, Felipina, Patricia, Luz Elena, Jorge Luis y Jaime. Tres de ellos han seguido sus pasos: Jaime es acordeonero mientras que Samuel y Fabio son compositores.
Su hijo Fabio ganó en una ocasión el concurso de canción inédita vallenata del Festival de Canciones Samuel Martínez, con el paseo ‘Mi padre y mis sentimientos’. En ella narraba las vicisitudes que diariamente vivía su progenitor.
Cuando lo noto pensando
yo vivo llorando las penas por él,
y aunque lo veamos cantando
vive amarguras Martínez Samuel.
Decreto de honores
El día de su partida La Loma se vistió de luto, hubo silencio en las calles y únicamente se acabó por un instante cuando el féretro camino al cementerio pasaba por una cantina donde prendieron el equipo de sonido y se escuchó su célebre canción ‘La Loma’. Era el homenaje cantando a Samuelito.
Minutos antes en la tarima Pedro Nolasco Martínez, ubicada en la plaza principal del pueblo, se hizo el acto de despedida con un oficio religioso, con cantos, palabras y lectura del decreto de honores número 076 del alcalde de entonces José David Ortiz Bolaños, donde se destacaban las gestas del juglar.
“Que Samuel Antonio Martínez Muñoz nació en un hogar de descendencia humilde; que fue una persona de pocos estudios, pero premiado con una inteligencia natural; que fue un hombre laborioso del campo y desde muy temprana edad aprendió a tocar acordeón componiendo canciones donde expresaba el amor a las mujeres y el respeto a la amistad; que sus canciones no solo llegaron a ser orgullo del municipio de El Paso, sino un aprecio para el Cesar y un honor para el país; que sus canciones llegaron a trascender en el ámbito local, nacional e internacional, mostrando la idiosincrasia de un pueblo trabajador, costumbrista y de leyendas”.
Creación del Festival
En 1990 cuando nació la idea de crear un Festival Vallenato en aquel entonces pequeño pueblo de La Loma de Calenturas, todos estuvieron de acuerdo en hacerlo en homenaje a Samuel Antonio Martínez Muñoz, aquel juglar completo que se paseó por la vida tocando su acordeón, cantando, verseando y componiendo bellas canciones que fueron grabadas por grandes artistas.
En el acto inaugural del Primer Festival de Canciones, el viejo Samuelito manifestó que “El doctor Jorge Naín Ruiz Ditta, y otros amigos me regalaron este festival para que cuando pasen los años me sigan recordando. Eso es como ganarse el premio mayor de la lotería. Con eso tengo y no pido más”.
Pasados 27 años de aquel suceso en La Loma, el abogado, escritor, cantante, compositor y verseador, Jorge Naín Ruiz relata que “Sacar adelante el certamen en esos tiempos no fue tarea fácil, pero lo logramos y lo mejor es que sigue vigente. Este es el mejor homenaje para el excelso juglar que nunca se cansó de tocar, cantar y versear, porque esa era su vida. No hay palabras para darle gracias al viejo Samuelito, por todo lo que nos regaló, y el reconocimiento a La Loma, a través de su bella canción”.
En los últimos años de su vida Samuelito perdió la visión y dejó de realizar sus famosas correrías donde conoció a ‘La doncella del amor’, así llamaba a su esposa, Felipa Venicia Castro Rodríguez, a la que le compuso varias de sus canciones.
Los últimos días del juglar fueron difíciles por su estado de salud. Una vez que su esposa salió a realizar una diligencia y al regresar lo encontró acostado en la cama abriendo y cerrando sus brazos sobre el pecho simulando tocar su acordeón y llevando el ritmo con la boca.
Felipa, la famosa ‘Doncella del amor’, no lo interrumpió sino que lo dejó que siguiera inspirado. Estaba ensayando para hacer su estreno en el cielo.
El juglar Samuel Antonio Martínez Muñoz es recordado en La Loma, ahora centro carbonífero del Cesar, donde en 1990 nació un festival vallenato en su nombre, cuyo primer presentador fue el cronista Juan Rincón Vanegas, quien cuenta esa historia.
Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv