El bello sentimiento de la naturaleza enredado por un viento fresco y apaciguado se enloda con el clamor de unos 20 mil habitantes de Valledupar. Los corregimientos son un paraíso, un alma tranquila frente a tanto disturbio, caos vehicular y zozobra que se vive en la capital del Cesar, pero problemas de saneamiento básico son los encargados de quitarle parte de esa calma a los residentes de las poblaciones ubicadas al norte.
La lista de necesidades es pequeña a las excusas de la Administración Municipal. En Guacoche, Los Corazones, Río Seco, Patillal, Badillo, Las Raíces, el agua cuando llega es para uso doméstico, regar las plantas y cultivos, de otro modo no puede ser utilizada, simplemente porque no hay plantas de tratamientos que garanticen el resultado de un buen líquido.
Esto quiere decir que la falta de potabilización del agua, un buen sistema de acueducto y alcantarillado; la intervención de vías y el mantenimiento y pavimentación de calles, los arreglos de las redes, la dotación de elementos deportivos y la falta de parques, falta de transporte y alimentación escolar, seguridad y servicio de aseo en las instituciones educativas, son parte de las quejas de estos pobladores encerrados por las mismas necesidades.
En el norte de Valledupar recibían el agua producto de un acueducto regional, desde hace varios días quedaron sin la prestación de este servicio y a raíz del intenso verano (este año no ha llovido) la reducción del caudal en los ríos Badillo y Río Seco ha hecho más grave la crisis.
En Los Corazones, por ejemplo, la Alcaldía de Valledupar invirtió recursos en una planta de tratamiento, pero hoy funciona es la hecha hace unos 30 años, mientras la nueva es consumida por el sol y la maleza.
Y en estas poblaciones hay una sola expectativa, que por ser año de elección electoral seguro llegarán muchos políticos a prometer el agua, la pavimentación, los parques y hasta mejoras en vivienda, pero en Río Seco y Guacoche están preparados para no ir a las urnas sino ven las obras antes de los sufragios.
Guacoche con sed
Para Jesualdo Enrique Ibarra, de Guacoche, no hay otra necesidad más apremiante en los corregimientos de Valledupar que la falta de agua potable.
“Estamos en una calamidad por este servicio, el agua llega de manera deficiente a nuestros hogares, llega semanal, el que puede lo único que hace es encargar su pimpina a Valledupar, somos como 2.500 clamando toda la vida por lo mismo que nos pongan el agua potable”, dijo Ibarra indicando que meramente el líquido sirve para consumo doméstico y algunas veces “ni para lavar los utensilios de cocina sirve”.
Corazones que laten sobre necesidades
Los Corazones, ubicado a unos 15 minutos de Valledupar, el sentir del pueblo está desde la carretera principal hasta sus polvorientas calles. Un saludo de “pariente” es el común denominador entre sus pobladores.
Y como en todos los corregimientos de esta zona, una caneca con agua de 20 litros vale dos mil pesos, es decir, el valor del litro equivale a cien pesos, cuando la empresa de servicios públicos, Emdupar, vende el metro cúbico (mil litros) en 582 pesos en esta ciudad. La compra o el encargo se hacen a los carros que viajan a Valledupar quienes contrabandean el agua sin ningún tipo de restricción de las autoridades.
Libia Díaz expuso que no hay forma de que la Alcaldía mantenga un médico en Los Corazones y el agua no llega a las casas. “El agua nos sirve para lavar, cocinar, hay mucha dificultad para trasladarla desde Valledupar, entonces necesitamos una mejor planta porque la que tenemos no es suficiente para el pueblo”.
En Los Corazones sus habitantes cancelan dos mil pesos mensuales y compran los químicos e insumos para la planta de tratamiento, pero esta no llega a las casas, cada quien debe ir con una caneca a la planta y ‘tanquear’, si omiten hacerlo no tienen cómo consumirla.
Y esto no termina, en el colegio de Los Corazones, una subsede de la Institución Educativa de Guacoche, sus estudiantes para calmar la sed deben extraer el líquido de un grifo porque a los baños no llega.
Oliver de 8 años, estudiante de tercer grado, dijo que hacen una cola y por turno van tomando agua, “nos lavamos las manos en la pluma porque a los baños no llega”, aseguró.
Río Seco consumido por el contrabando
En Río Seco es más fácil obtener una pimpina llena con gasolina que una de agua. El acueducto está a unos dos kilómetros del pueblo y por una mala topografía, según los habitantes, el agua llega por sectores y solo por momentos.
“Nos construyeron un acueducto nuevo y fue peor, cómo le parece que para recoger agua en mi casa tengo que salir y decirle a los vecinos que cierren sus llaves porque no hay presión para llegar a todos. Aquí si uno se enferma después de las 6:00 de la tarde le toca tomar agua de canela, agua de azahar de la india porque el puesto de salud está cerrado y no hay médicos”, declaró Jhonny Mendoza.
Este corregimiento, en el que el río le está haciendo honor a su nombre porque está seco, las personas subsisten de la venta de combustible ilegal, la pimpina de gasolina se consigue a 34 mil pesos y el galón en seis mil, por su parte, la de agua cuesta dos mil pesos. Tampoco hay transporte y alimentación escolar para los estudiantes del colegio San Fernando, una subsede de la institución educativa de La Mina.
“Hemos hecho inversiones”: Municipio
“En los corregimientos del sur, el Departamento ejecuta el tema de acueductos en Caracolí, Los Venados, El Perro y Guaimaral, es un contrato en ejecución y no sé qué problemática tiene, nosotros como municipio estamos en 21 corregimientos donde ya tenemos planteado los acueductos de Villa Germania y Valencia de Jesús, son los dos para trabajar, acabamos de entregar El Jabo y tenemos pendiente Patillal; el municipio después de 50 años nunca había hecho la gestión para tener acueductos potables y esta administración está haciendo el ejercicio”, dijo Jair González, secretario de Obras Públicas del municipio.
Mientras que para el resto de acueductos, el Secretario dijo que debe hacerse un acueducto regional y se está trabajando.
Para el tema de parques, la Alcaldía buscará un oferente para construir 24 parques en los corregimientos de Valledupar, menos en Badillo que está en manos de la Gobernación del Cesar.
“Esta administración va a tener una inversión aproximada de siete mil millones de pesos para acueductos de agua potable en los corregimientos”, aseguró el Secretario de Obras.
Frente al tema del transporte y alimentación escolar, la Secretaría de Educación indicó que el servicio estará garantizado a partir del 20 de febrero.
¿Qué pasa con los puestos de salud?
Según denuncias de los habitantes de Los Corazones y Río Seco, los puestos de salud están sin médicos y cuando llegan lo hacen cada ocho días. Indicaron que tampoco hay enfermeras y el servicio no es el mejor.
Ante esta situación, el gerente del Hospital Eduardo Arredondo Daza, Leonardo Maya Amaya, dijo que en Río Seco hay unos médicos rurales quienes hacen las consultas en horas de la mañana, “van dos o tres veces a la semana, en promedio cuando van hay 15 o 18 consultas, de manera que por el volumen de población no podemos tener un médico permanente allá, como sí lo hay en Patillal, Atánquez, Aguas Blancas”, explicó el funcionario.
Agregó que en Los Corazones el médico de turno está asistiendo dos veces a la semana, y en algunos casos se hace el apoyo a los corregimientos con unidades móviles del hospital. Referente a si las enfermedades por el consumo de agua no potable se han incrementado, el director del HEAD sostuvo “los indicadores se mantienen estable, aunque hay enfermedades asociadas al agua, sobre todo las enfermedades intestinales, no hemos detectado incremento, se mantiene normal”.
Bomberos calman sed
El director del Cuerpo Voluntario de Bomberos de Valledupar, Óscar Lúquez, le dijo a EL PILÓN que sus operarios llegan un día a la semana a cada corregimiento.
A Patillal, los Bomberos llevan seis mil galones de agua potable, mientras a los otros corregimientos cuatro mil galones, como es el caso de Badillo, Guacoche y Los Corazones.
“Este es un servicio que no nos compete, pero lo hacemos por brindarle un apoyo a la comunidad, son cerca de dos años surtiendo de agua totalmente potable a estas personas, que la tomamos de los hidrantes de Emdupar y la suministramos a estos corregimientos”, aseguró Lúquez.
El Capitán informó además que la máquina o carro cisterna con que cuenta el Cuerpo de Bomberos es exclusiva para llevar el líquido a los corregimientos, “para el mes de abril llega un carro cisterna nuevo, invertimos 489 millones de pesos y será para llevar más agua a quienes la soliciten”.
Puntos de vista
Marcelino Guerra
Inspector de Los Corazones
Tenemos un acueducto superior a los 30 años que nos está solventando pero no el 100%. El transporte y la alimentación escolar no existen, a principio de año todo es igual.
Jesús Rodríguez
Los Corazones
El agua es muy mala, aquí el servicio llega del agua del río Guatapurí pero no es tratada. Los niños se enferman porque consumen agua mala, este es un acueducto viejo que ya no da más.
Jhonny Mendoza
Río Seco
“Ya no me acuerdo la última vez que llovió, el río está demasiado seco y el agua cuando llega es poquito y por casas, y en Río Seco después de la 6:00 de la tarde uno no se puede enfermar”.
Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
carlos.jimenez@elpilon.com.co