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La leyenda se hace deporte

Con júbilo recibimos los vallenatos la designación de Valledupar como sede de los juegos bolivarianos a desarrollarse en 2021. Será la quinta vez que Colombia organiza estas justas deportivas, las cuales darán inicio al ciclo olímpico para París 2024.

Esta oportunidad es un nuevo reto para el país, pero primigenio para la ciudad de los santos reyes en el marco del proceso que le permita desarrollar acciones puntuales, en aras de revertir la caótica, preocupante y asfixiante situación social y económica con la que convive. La ejecución de los juegos alineada con la calidad relacionada con la infraestructura deportiva coadyuvará hacia el posicionamiento en el ámbito internacional, camino labrado con anterioridad, a través de las expresiones y narrativas de nuestro folclor vallenato.

Pese a las manifestaciones de alegría del alcalde “Tuto” Uhia, del equipo gestor y de la ciudadanía, debemos advertir que los arboles no nos impidan ver el bosque, sobre todo, por los planteamientos expuestos por el director de Coldeportes, Ernesto Lucena, relativos a que la decisión del otorgamiento de la sede no es del todo definitiva.

Primero la ODEBO (Organización Deportiva Bolivariana) deberá inspeccionar en las próximas semanas los escenarios deportivos en los que se disputarán los juegos.

Valorando la consideración del director de Coldeportes, la realización de los juegos es todavía una decisión irresuelta, sin embargo, los dirigentes de la ciudad deben permanecer en puntica de pies, con el fin de evitar que la designación los tome con los pantalones abajo. Aunque la decisión es irresoluta, el gobierno municipal debe adelantar mesas de trabajo con los candidatos a la alcaldía, con el propósito de articular lo concerniente con la organización de los juegos y no esperar hasta después del 27 de octubre.

Mantener el diálogo directo con los candidatos a la alcaldía y congresistas del departamento, hace parte del deber ser de la planeación y la organización, especialmente, porque el gobierno que hizo la gestión para lograr la sede va de salida, asimismo, para hacer incluyente un proceso que no debe tener estilos particulares.

En efecto, la articulación de los dirigentes y de los candidatos a la alcaldía es inherente a la gestión de los recursos de inversión, estimados en 125 mil millones de pesos, para la construcción de la infraestructura deportiva necesaria para el desarrollo del certamen deportivo.

No tengo duda que de materializarse la solicitud de la sede, Valledupar estará a la altura del compromiso, somos buenos anfitriones. En consonancia, no deben existir esguinces ni trampas en la ejecución de los recursos, al contrario es menester preservar la rigurosidad y los controles diseñados en las reglas de contratación pública, evitando la ocurrencia de los errores en la concepción o estructuración de los proyectos, que van desde la redacción de los pliegos de licitación, pasando por los bajos presupuestos para algunas obras, hasta el afán de la vanidad del político por entregar los proyectos aunque estén sin el recibo a satisfacción

Ninguno de estos aspectos debe ocurrir, para que no haya señalamientos de corrupción ni cuestionamientos como el ocurrido con el proyecto de la Plaza Alfonso López, ni obras inconclusas como el estadio de futbol. Realizar los juegos con transparencia y calidad es un llamado a la confianza.
@LuchoDiaz12

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