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La investigación en red

Por: Raúl Bermúdez Márquez

El 9 de septiembre de 2008 los científicos del mundo dieron el paso más trascendental hasta ahora para desentrañar los misterios de la formación del universo. Ese día, justo en la frontera entre Francia y Suiza, el Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN), puso en funcionamiento el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el acelerador de partículas más grande y potente del mundo. Tras dos décadas de trabajo en el diseño y la construcción de una obra faraónica que supuso una inversión de 40.000 millones de euros, los físicos de todo el planeta siguen ansiosos los resultados del experimento. El objetivo es nada más y nada menos que reproducir las condiciones que existían después del ‘Big Bang’o gran explosión, con la intención de desentrañar los grandes enigmas que siguen rodeando a la naturaleza de la materia, e identificar con más certeza que nunca los ladrillos fundamentales de los que se componen las estrellas, los planetas y nosotros mismos.
Una vez que terminó la primera fase de pruebas, los científicos del CERN lanzaron protones en direcciones opuestas prácticamente a la velocidad de la luz, en el núcleo del LHC: un anillo metálico de 27 kilómetros que recubre un túnel subterráneo a 100 metros de profundidad y cuya temperatura interior alcanza271 grados Celsius bajo cero. Cuando el LHC empezó a trabajar a pleno rendimiento, los 10.000 científicos de unos 500 centros de investigación que participan en el proyecto se atiborraron de trabajo. Se calcula que cada año, el acelerador de partículas produce tantos datos que se necesita una pila de CD de una altura de 20 kilómetros para almacenar toda la información generada por sus experimentos.
Ocho años antes, exactamente el 26 de junio de 2000 ytras 10 años de intensa investigación, el genoma humano, considerado el auténtico libro de la vida, fue descifrado en sus partes esenciales.Este logro, que abre una nueva era en la lucha contra las enfermedades, fue anunciado consecutivamente en China, Japón, Francia, Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos. Para conseguir este hito, que corona un siglo de investigación biológica, el proyecto público internacional y el privado de la empresa estadounidense PE Celera Genomics abandonaron la pugna que mantenían y decidieron anunciarlo conjuntamente en la Casa Blanca, en una ceremonia presidida por el presidente Bill Clinton. El éxito y celeridad de los resultados de ambos proyectos tuvieron una clave: el trabajo en red de los científicos e investigadores. Es el nuevo paradigma investigativo. Los esfuerzos aislados, la imagen tradicional del científico mal trajeado, con ojeras, barba montaraz y cabellera despeinada se desdibujó definitivamente, para dar paso a una comunidad de científicos que trabajan de manera complementaria y con una poderosa herramienta, el Internet II: una “red de cómputo sustentada en tecnologías de vanguardia que permiten una alta velocidad en la transmisión de contenidos”.

Su origen se basa en el espíritu de colaboración entre las universidades del mundo y su objetivo principal es “desarrollar la próxima generación de aplicaciones telemáticas para facilitar las misiones de investigación y educación de las universidades, además de ayudar en la formación de personal capacitado en el uso y manejo de redes avanzadas de cómputo”. En Colombia toma el nombre de RENATA (Red Nacional Académica de Tecnología Avanzada) que a su vez agrupa a filiales como RIESCAR, (Red de Instituciones de Educación Superior del Caribe Colombiano), a la cual pertenece la Universidad Popular del Cesar. Las alternativas son pues, trabajar en red o rezagarse. Tanto así que Colciencias, organismo rector de la investigación en Colombia, en la mayoría de sus convocatorias exige hoy para declarar elegible a un proyecto para financiación, el trabajo colaborativo en redes regionales. Universidad que no se adapte a la nueva realidad, tendrá el riesgo inminente de no ser acreditada. Para tranquilidad de nuestra alma máter, la nueva administración es plenamente consciente del nuevo paradigma, y actúa en consecuencia.

raubermar@yahoo.com

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