En menos de 24 horas ocurrieron cuatro asesinatos en la ciudad de Valledupar. Mientras unas familias celebraban la Navidad, otras lloraban a los seres queridos que morían por culpa de la intolerancia que carcome a las personas.
Los cuatro casos se registraron en hechos aislados, pero al final de cuentas conectados por un mismo componente: la intolerancia. El primero fue un feminicidio, un hombre que no soportó que su mujer lo abandonara, decidió matarla en la misma casa donde estaban sus hijas; el segundo fue entre dos jóvenes porque supuestamente discutían sobre los equipos de fútbol preferidos, y los otros dos, por ajustes de cuentas.
Paralelo a estos infortunados hechos en los que murieron cuatro personas, también ocurrieron otros casos de intolerancia en las calles de la ciudad, ligados con el consumo de alcohol. Conductores que no respetan las señales de tránsito y peatones que no conocen sus derechos y deberes.
La mayoría de los casos de violencia interpersonal provienen de no aceptar el disenso, ni la crítica, ni los cuestionamientos. Parece que los ciudadanos no hacen su aporte para el entendimiento.
En el año 2014 las autoridades registraron 207 homicidios en el Cesar y cuando faltan cuatro días para que se acabe esta vigencia, ya se superó esta cifra ¿Qué nos espera en la etapa del posconflicto?
Los nuevos gobernantes (Gobernador del Cesar y Alcalde de Valledupar, especialmente) deben pensar en cómo generar espacios para fortalecer y promover la tolerancia, cómo aceptar al otro con sus diferencias. Muchas muertes se podrían evitar.
Desde hace dos décadas la Organización Mundial de la Salud –OMS- ha considerado a las lesiones de causa externa como un problema sanitario a nivel mundial; aproximadamente 5.8 millones de personas mueren cada año por esta causa y representan el 10% del total de las muertes mundiales. El Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud en su segunda recomendación insta a los países a aumentar la capacidad de recolectar datos sobre la violencia; allí se exponen nueve recomendaciones para los distintos sectores responsables de la prevención y el control de la violencia con indicaciones para los niveles nacional e internacional.
Esta debe ser una apuesta para disminuir las violencias y con ella las muertes por intolerancia. Vienen más fiestas, la de fin de año y la del seis de enero cuando se celebra el aniversario de Valledupar. Solo se espera que no ocurran más muertes violentas por lo que resta el año.