Tristemente la ciudad de Valledupar se ha destacado por presentar deficiencias en el servicio del transporte público colectivo. Esa ha sido una constante. Sin embargo, a juicio de los entendidos no solo hay culpabilidad por parte de los prestadores sobre quienes recaen todas las críticas. La realidad es que al vallenato no le gusta (exceptuando algunos estudiantes y empleados) el transporte público colectivo legal, a este servicio ponen por encima en sus preferencias las mototaxis y particulares que al ‘colectivear’ se convierten en ilegales.
Pero además de los anteriores al servicio público colectivo le salió un enemigo más feroz que el mototaxismo y el ‘pirateo’: la covid-19. La pandemia obligó a una de las dos empresas que hoy se encargan de la operación en Valledupar a trabajar en una capacidad que no supera el 5 % y a la otra a cerrar definitivamente y dejar los buses parqueados desde el mes de abril, hasta donde pudieron sostenerse por las ya difíciles condiciones económicas del mercado de la movilidad en esta capital.
Las empresas Transcacique y Transupar cambiaron de dueño desde agosto y se fusionaron. La tradicional Cootranscolcer, contra viento y marea (o mejor contra covid-19, falta de recursos y pasajeros) se mantiene en el mercado y es la que “de vez en cuando”, y haciendo ejercicios en coordinación con la Secretaría de Tránsito de Valledupar, lanza a las calles una que otra buseta. Para ambas empresas, una fortalecida económicamente al fusionarse y la otra manteniéndose en la fe del carbonero, no se vislumbran rutas claras.
“ESTAMOS EN QUIEBRA”
El representante legal de Cootranscolcer, José Gil, asegura que no está llamado a decir mentiras: “Estamos en la quiebra porque son 3 meses; es decir, 6 quincenas que le debemos a los empleados. A los carros les quedan entre $10 mil y $20 mil, lo que hace este negocio insostenible y si antes ya teníamos problemas financieros, ahora con la llegada del virus todos los males se elevaron a la máxima potencia”, asegura.
Y es que a los vallenatos (como a muchos en Colombia) les aterra subir a los buses por ser considerados uno de los focos de contagio de la covid-19, pero no les da miedo contagiarse al subirse a una moto a menos de 10 cm de distancia de un conductor. “Y eso es lo que más duele, que el esfuerzo que se hace no sea valorado por el vallenato. No digo que solo a la empresa de nosotros que es de propietarios -de las busetas- y socios, sino con todo el servicio. La ciudad debe colaborarnos y el alcalde también porque no hay incentivo alguno por parte del Gobierno nacional y para nuestros empleados, planilleros y conductores, no ha habido siquiera un mercadito y son familias que la están pasando mal. Los he visto sentados llorando en los patios de la empresa”, enfatizó Gil.
Cootranscolcer es una empresa conformada por 15 socios y en la actualidad cuenta con una flota de 60 vehículos, con una deuda que ha venido siendo refinanciada y actualmente está por el orden de los $750 millones. “Vamos a pedir que nos la refinancien también porque queremos seguir en las calles y enfrentaremos al covid.19, nos acogeremos al 35 % sugerido en aforo para las busetas; pero lo que no podemos enfrentar es el desapego de la gente la falta de cultura por este servicio que es seguro y es el legal”, aseguró.
“NUESTROS BUSES ESTÁN PARQUEADOS”
“La empresa tiene 101 vehículos todos parados. Llegamos a Valledupar desde agosto pero llevamos más de 60 años de experiencia en todo el país. Desde el momento en que tomamos el control de las organizaciones no alcanzan los ingresos para cubrir los costos, nos está matando el mototaxi, los taxis colectivos y los particulares piratas”, asegura Luis Gabriel Ballestas, representante legal de las empresas Transcacique y Transupar.
Las intenciones de los socios de la compañía fue sostenerla a puja de sus bolsillos desde agosto que iniciaron hasta abril donde ya definitivamente por la falta de gente en las calles tocó cerrar y dejar los vehículos parqueados. “Iniciamos con números rojos en todos los meses, sacando adelante la mejora del servicio. Los conductores se vincularon con un salario, se pusieron GPS a los vehículos, cámaras lo que consideramos una inversión porque creemos en el transporte de la ciudad”.
Para este mercado es necesario que la administración municipal colabore. “La desaparición del día sin moto fue fatal. Era un auxilio para recuperar un poco; las motos al día hacen 120 mil viajes, los buses 18 mil. En octubre ya estábamos subiendo a 25 mil pasajeros los días sin moto. Recibimos la empresa en 8 mil tiquetes y el día sin moto subíamos a 17 mil. Ayudando a los estudiantes que se montan en el bus y no pagaban la tarifa completa, de $1.700 pagaban mil pesos en ocasiones menos y no por eso los íbamos a dejar”, aseguró el gerente. Con el cese temporal de la empresa los conductores pudieron acceder a los subsidios de las cajas para tener un recurso de sustento para unos 4 meses.
“ESTE TRANSPORTE NECESITA DE LA GENTE”
“No podemos depender del control porque al ciento por ciento no va a permanecer. No hay policía 24 horas y entre todos tenemos que hacer un esfuerzo por tener un servicio eficiente, pero ello conlleva a un pacto por la economía”, precisó el secretario de Tránsito de Valledupar, Roberto Daza.
Daza reconoce que el momento económico de las empresas no es bueno y que por la covid-19 entrará a empeorar, pero que no se baja la guardia y se sigue trabajando. “Estamos en mesas de trabajo con los trasportadores para encontrar entre todos soluciones para hacer el servicio más atractivo. Hoy encontramos que en vez del servicio público legal los ciudadanos lamentablemente están escogiendo mototaxis, carros piratas y transporte ilegal.
A partir de la llegada del covid-19 aunque no lo creamos, la humanidad va a cambiar y mucha gente temerosa se toma esto en serio”, agregó el jefe de la cartera de Tránsito en Valledupar. El 40 % de los viajes de transporte colectivo corresponden a los estudiantes y hoy ese 40 % está perdido lo que significa un descuento a la demanda. “Hay teletrabajo y los que deben desplazarse lo hacen en bicicleta, en motocicletas o en sus vehículos particulares o caminando”, dice el secretario de Tránsito de Valledupar para finalizar; no sin antes brindar un consejo pensando en una ciudad mejor y con un adecuado transporte público: “El ciudadano tiene que aprender a esperar, tiene que ser disciplinado. Nos medirá lo que podamos hacer por la ciudad, al regresar, la gente tiene que tomar el servicio colectivo porque de lo contrario se acaba”.
JOSÉ URBANO CÉSPEDES | EL PILÓN