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¿La Iglesia no es ajena al acontecer político?

Los partidos tradicionales Liberal y Conservador han gobernado a Colombia de una lista de más de un centenar de presidentes desde 1810, unos elegidos de manera democrática, otros relegidos, encargados o por golpe de Estado. 

Se recuerda que el abogado José Miguel Pey fue el primer presidente. Fue un estadista y militar patriota, en la época republicana, nacido en Bogotá, en marzo de 1763 y murió en 1838.

El cartagenero Rafael Wenceslao Núñez Moledo fue presidente cinco veces, el Libertador Simón Bolívar fue presidente 1819 – 1830 y el actual, por primera vez de un partido de izquierda, Gustavo Petro Urrego (2022 – 2026). 

En los últimos cuatro años, Colombia tenía 16 partidos políticos con personería jurídica, hoy ya tiene 35. En todo caso esa cantidad de partidos evidencia que, enferma o defectuosa, en Colombia persiste la tradición una democracia bien “entendida”.

Le corresponde al Consejo Nacional Electoral establecer qué movimientos políticos pueden ser registrados como partidos políticos en Colombia. Hasta el año 2023 los partidos políticos registrados son: Colombia Justa Libres, Colombia Humana, Colombia Renaciente, Comunista Colombiano, Conservador, Partido de la U, Partido Dignidad, Ecologista colombiano. Nuevo Liberalismo, Comunes, MIRA, Unión Patriótica (UP), Polo Democrático Independiente, Verde Oxígeno, Alianza Social Independiente (ASI), Liberal Colombiano, Demócrata Colombiano, Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), Autoridades Indígenas de Colombia (AICO), Alianza Verde, Cambio Radical y Centro Democrático, entre otros. 

Hasta hace muy poco hablar de partidos políticos en el país era señalar tácitamente a los partidos Conservador y Liberal los cuales captaban a la totalidad de pensantes del país en sus filas.

 En realidad, existían algunas minorías que se apartaban de los colores azul y rojo pero la satanización de que eran objeto les impedía crecer en número de adeptos o seguidores, sobre todo porque la Iglesia no era ajena al acontecer político y en las homilías aprovechaba para encauzar el pensar y sentir de sus feligreses por uno de esos partidos tradicionales.

Escribir sobre los partidos políticos en Colombia, es aludir a organizaciones que, se entiende, se oponen al poder monolítico y que se erigen como voceros ante el gobierno del querer de los ciudadanos y que hablan a los mismos de las cosas del gobierno. 

Son una especie de intermediarios entre gobierno y pueblo o, al menos, así fueron en un comienzo, aunque hoy los Partidos pretenden borrar sus propios inicios, al tratar de imponerse absolutamente en el mandato de la nación. Un Partido Político debe comenzar por reconocer que es solo una parte de la opinión y aceptar que existen otros Partidos también basados en un grupo de ciudadanos que piensan igual o que por lo menos son capaces de direccionar sus ideas por un determinado derrotero.  

Dicho lo anterior ¿puede hablarse de partidos políticos en Colombia? La pregunta no surge de un desconocimiento de la existencia de las facciones que hoy dirimen entre sí en torno a quién debe gobernar al país. La pregunta surge del hecho incontrovertible de que los partidos pretenden, inicialmente, borrar a los demás partidos (es decir, dejar de ser también un Partido) para gobernar según el pensar y querer de cada facción política. 

El poder, ese poder del que tanto habló Maquiavelo (sf), sigue siendo el objetivo principal de la aglutinación de personas en torno a una idea, liderada por algunos que, en virtud de su representación o liderazgo, asumen el rol de portadores de la verdad y de rectores del quehacer político de quienes lideran en cada facción. Ojalá se cumpla la premisa.   Hasta la próxima semana.

Por Aquilino Cotes Zuleta.

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