Una noche llegué a una discoteca de Valledupar en compañía de un amigo heterosexual, dos amigos que son pareja y una amiga, los dos hombres decidieron irse a bailar. Cuando estaban cerca el uno del otro, el administrador del lugar llegó para decirles que por favor no dieran ese espectáculo porque iba en contra de las políticas del establecimiento y que sí no estaban de acuerdo, se retiraran.
Aunque estos jóvenes le dejaron claro que lo que estaba haciendo era discriminación y por lo tanto, podían denunciarlo ante las autoridades pertinentes, ante esto el propietario del lugar contestó que a él no le importaba eso porque era dueño de la discoteca y esas prácticas, no se permitían allí. “Nosotros decidimos irnos, para no causar problemas. Pero esto, sucede muy seguido”.
Este fue el relato de Cristian David Buesaquillo, de 22 años, un joven que desde los 17 descubrió que era homosexual pero hasta el momento solo su mamá, sus dos hermanos y unos amigos lo sabían. Con esta entrevista, el estudiante de séptimo semestre de instrumentación quirúrgica de la Universidad Popular del Cesar quiso dejar en descubierto ante sus compañeros del alma máter, vecinos y hasta su padrastro, que es gay. Ya no le interesan los perjuicios y por el contrario está iniciando un proceso de integración al movimiento Diversidad Sexual que realiza actividades académicas para sensibilizar a la sociedad sobre la comunidad LGTBI.
“Soy Cristian David, soy gay. Pero también soy el mejor de mi carrera, mi promedio actual es de 4.3 en la universidad, soy buena persona y además me enfoco en el ámbito de la investigación. Eso es lo que les debe importar a los demás sobre mi persona, y no solamente juzgar por la orientación sexual que pueda tener. Precisamente esto es lo que buscamos, que la gente mire a los del LGTBI como en todo su campo, como unos trabajadores, profesionales, estudiantes y excelentes personas que pueden hacerle el bien a una sociedad”, dijo.
Para Yecith fue duro conocer que sus besos a una mujer no tenían tanta pasión como lo es con un hombre. Cuando tenía 17 años, dos meses después de terminar con su última novia, conoció a un amigo que le fue hablando de manera más íntima.
“Eso fue en Cali, yo estaba en décimo y él en undécimo grado del colegio, después de conocerlo supe que era diferente. Un año después nos venimos a Valledupar porque mi padrastro es de acá. Solo mi madre y mis dos hermanos lo saben y fue duro para ellos. Por parte de él (padrastro) no he querido hablar porque sé que causaría una discusión y peleas. Con esta entrevista sé qué conocerá la realidad al igual que mis compañeros en la universidad. Es un proceso que tiene que darse y solo me importa ser feliz”, aseguró.
Al igual que Cristian, son muchos los casos que existen en Valledupar de jóvenes que reconocen que son homosexuales. Algunos lo aceptan y afrontan con madurez, otros les da miedo reconocerlo ante su familia y la sociedad, debido a que la homofobia sigue latente.
Yecid Chinchilla Alvernia, es el líder del movimiento Diversidad Sexual que crece en Valledupar y que cuenta con 30 miembros. Ellos se reúnen en asambleas para organizar eventos académicos que ayuden un poco a la sensibilización sobre el por qué aceptar a los LGTBI.
“Aquí sí hay homofobia. No lo he sentido personalmente pero conocemos personas que son discriminadas por su condición sexual en la universidad, en las aulas de clases, por parte de los celadores y en la calle. Nosotros brindamos una escucha para aquellos que quieran defender sus derechos. Somos de puertas abiertas y actualmente contamos con cofundadores y miembros que están dispuestos a hacer la tarea”, aseguró.
Chinchilla hizo un llamado a los organismos a poner más en práctica campañas de concientización. Porque asegura que muchas de las personas que señalan a un transexual o una lesbiana no son conscientes del daño que le están haciendo. De otro lado, también pidió investigación por los últimos casos que se han registrado de muertes violentas respecto a esa comunidad. Por ejemplo, el caso de Ricardo Robles Villarraga que fue encontrado desnudo y sin vida en el río Guatapurí y aún no se tiene al responsable de este hecho y quieren celeridad en la investigación.
El activista añadió que, “es importante que las personas conozcan a los miembros de esta comunidad por lo que hacen, debido a que no todas se dedican a la rumba, sexo o alcohol. Hay gente que es estudiosa, trabajadora, entregada. Una alternativa de vida no debe generar un estigma. No somos personas malas. Sí conocen eso, aprenden a aceptarnos y dejarán de agredirnos”.
Tres casos desde 2014
La Fundación Matices nació hace cinco años y desde entonces se encarga de realizar sensibilización sobre la comunidad LGTBI en la Policía, Casa de Justicia, barrios, entre otros. Su representante legal es la administradora de empresas Esperanza Hernández Ramírez. Según sus estadísticas en 2014 y lo que va de 2015 se han registrado cuatro muertes que involucran a miembros de esta comunidad.
El 25 de julio de 2015 asesinaron en su casa del conjunto cerrado Villa Claudia ubicado en la avenida Simón Bolívar con calle 9C de Valledupar a Roberto Antonio Martínez Mojica, de 41 años, más conocido como ‘Tony Greco’. De acuerdo con las informaciones conocidas por testigos del macabro hallazgo, el cuerpo de Martínez Mojica estaba sentado, semidesnudo, maniatado, apuñalado y con un trapo en la boca. Sin embargo, un mes después la Policía Nacional capturó a dos hombres señalados de ser los responsables del crimen. Dayner David Cudrys Beleño de 18 años y Jonathan Javier Brito Isaza de 21 años aceptaron el homicidio y fueron enviados a la cárcel por este hecho.
El 28 de enero de 2015 fue encontrado bañado en sangre y con dos heridas producidas con arma blanca el cuerpo de José Joaquín Herrera Utria de 55 años, en el apartamento 2, ubicado en el segundo piso de la calle 26 con 21, del barrio Primero de Mayo de Valledupar. El estilista y coordinador de brigada de la comunidad LGBTI en Valledupar era conocido como ‘Joaco’. Su voz se apagó para los suyos, quienes encontraban en él una persona íntegra y dispuesta a organizar eventos para ayudar a los demás. El 17 de febrero de este año se entregó en Barranquilla, Alfonso Emilio Mejía Deluque de 19 años y luego de aceptar los cargos por este hecho fue enviado a la cárcel. Actualmente está recluido en ‘La Modelo’ de esa ciudad.
El caso más reciente, es el de Ricardo Raúl Robles Villarraga de 28 años, quien el pasado 16 de agosto fue encontrado desnudo en la margen derecha del río Guatapurí, en el sector conocido como La Playita.
Luego de inspeccionar el sitio, las autoridades establecieron que el joven presentaba un mordisco en la oreja izquierda y dos heridas abiertas en la frente y por la poca rigidez del cuerpo los investigadores del CTI de la Fiscalía estimaron que su muerte se produjo en horas de la madrugada del mismo día. Pero aún se desconocen los responsables de este hecho.
“Nosotros exigimos justicia, por eso le pedimos a los investigadores que escudriñen un poco más para conocer a quienes hicieron estos crímenes atroces. Pero además pedimos a los futuros gobernantes que trabajen en una campaña fuerte dirigida al respeto. Porque este gobierno departamental no lo hizo. Pese a que consiguió el recurso para atacar ese tema pienso que los operadores no hicieron la tarea”, manifestó Esperanza Hernández.
La representante de Matices agregó que sí hay homofobia en Valledupar porque ha conocido muchos casos de agresiones. Por ejemplo, en el balneario Hurtado fue golpeado un muchacho en el mes de mayo de este año.
En el barrio La Nevada conocimos un caso de un joven que era amenazado-dice- constantemente por otros hombres que lo ultrajaban o golpeaban. Le decían muchas cosas cuando ingerían licor y “por eso lo estuvimos buscando para ayudarlo, pero al final, la denuncia sólo quedó en eso”.
En el 2014, un estilista que prefirió omitir su identidad ingresó al hospital Rosario Pumarejo de López porque le propinaron una puñalada en su cuerpo. Anteriormente había recibido amenazas por parte de un hombre que lo tenía extorsionado. Hasta allá fue la fundación Matices con un sargento de la Policía. Sin embargo, la víctima prefirió guardar silencio por miedo.
“En los colegios se presentaron casos, hay rectores que se prestan para el tema. No es que les de miedo, ellos ya han tomado riendas respecto al activismo, la gente es consciente de su derecho, pero en el tema de los trans vemos que las muertes se han quedado en la impunidad”, concluyó.
La Policía responde
El jefe de la Sijín de la Policía Nacional, mayor Edwin González manifestó que los últimos casos que se han presentado en el que perdieron la vida miembros del LGTBI no tiene que ver con su orientación sexual y además extendió la invitación a las personas a que denuncien.
“Los casos que nosotros hemos expuestos son más por el tema de pasiones, uno de hurto pero no temas de aberración. Quienes se sientan intimidados pueden acudir ante los autoridades, primero evitar confrontaciones, y nosotros podemos ayudarlos, somos de puertas abiertas para todo el mundo, para eso trabajamos”, dijo.
Entre 2007 y 2011, se conocieron nueve casos de homicidios de personas LGBTI en el Cesar; en 2012 cuatro casos de los cuales uno fue en Aguachica y tres en Valledupar y en el 2013 hubo cuatro más, estas últimas en Codazzi, Valledupar y San Alberto. De las 17 personas asesinadas, seis eran personas trans, tres hombres gay y una mujer lesbiana. Entre 2014 y lo que va del año en Valledupar se han conocido tres casos de muertes violentas.
Por Tatiana Orozco Mazzilli