La noche del sábado 20 de noviembre, la academia Charlott de Ábrego, Norte de Santander, realizó una noche de talentos en el parque principal del municipio, lo cual desató la furia del sacerdote Jesús Emel González, ya que el evento coincidió con la hora de la eucaristía.
El sacerdote lanzó maldiciones contra los bailarines, los organizadores y espectadores del evento artístico. “Por eso, a los organizadores una maldición y que ellos mismos y que la misma vida les entregue a ellos el daño que le están haciendo al pueblo”, fueron las palabras ofensivas del sacerdote durante la eucaristía.
El alto volumen de la música del evento irrumpió la celebración de la eucaristía a tal punto que tuvieron que cerrar las puertas de la iglesia. “Es una falta de respeto, una parranda de desgraciados, porque desgraciado es el que ha perdido la gracia de Dios y que no valora ni respeta la eucaristía, y todos los que están en el parque han perdido la gracia de Dios, no respetan el sagrado sacrificio eucarístico, deberían esperar al menos a que termináramos la celebración de la eucaristía”, expresó el sacerdote González.
Pero horas más tarde el eclesiástico se arrepintió y en un video que publicó en las redes sociales de la parroquia Santa Bárbara de Abrego pidió disculpas a los organizadores de la muestra artística y a las personas que se encontraban departiendo en el lugar; y además, los invitó a una misa de desagravio el día 22 de noviembre.
“Quiero pedir perdón por las palabras fuertes, duras y displicentes que pude haber pronunciado contra todas las personas que departían en el parque principal, quienes estaban acompañando a sus hijos en una demostración artística; no hay duda de que movido por un gran dolor sacerdotal, porque en el momento de la consagración, 7:30 de la noche, irrumpió una música fuerte y nos tocó cerrar las puertas de la iglesia”, manifestó el sacerdote.
La academia de baile Charlott se pronunció a través de un comunicado en el que pidió disculpas a la comunidad católica afectada por el evento y aceptó las disculpas del párroco. Además, los directivos de la escuela aseveraron que asistirán a la misa.