Las manos de Rosa Ternera, las mismas que se encargan de dejar las arepas de queso muy bien horneadas –en el puesto de venta de su madre, en La Paz– también se empuñan con pasión para dignificar el deporte de las narices chatas.
Con el boxeo tuvo amores a primera vista. Una tarde cualquiera, saliendo de clases, se dirigió al traspatio de la Casa de la Cultura de La Paz, lugar que sirvió durante varios años para el entrenamiento de pugilistas aficionados del municipio. Rosa Ternera comenzó a asistir a las prácticas sin el consentimiento de su madre, Lucenith Soto, quien puso el grito en el cielo el día que su hija llegó con las vendas en las manos.
Fue el profesor Laudelino Torres, ‘Ñuño’, quien cimentó gran parte de los conocimientos técnicos de boxeo. En la actualidad, es el profesor Víctor Díaz, de Becerril, quien continúa dirigiendo el proceso formativo de esta peleadora.
Para Rosa, la mujer ha venido logrando un espacio preponderante en esta disciplina de tanta fricción. Más allá de los golpes y el espectáculo, cree que el boxeo es ante todo amistad con otras peleadoras y el conocimiento de sus expectativas.
Aunque en algún tiempo sus familiares consideraron descabellada la idea de que Rosa practicara boxeo, hoy por hoy le manifiestan su apoyo rotundo.
Entre el 2018 y el 2019 representó al Cesar en juegos nacionales en Pasto, Nariño y Cartagena, Bolívar, respectivamente, dejando en alto el nombre de su departamento.
PARTICIPACIÓN EN 2021
Quedó en el tercer puesto en el torneo nacional que se hizo en Chiriguaná, Cesar, compitiendo en 57 kg. De ahí, estuvo en Cali, en el mes de noviembre, con la Selección. “No era un llamado a ser partícipe como tal, sino porque se aproximaban los panamericanos juveniles. Entonces, la idea era dar más nivel a los juveniles, hacer sparrings y entrenamientos”, declara.
EN EL 2022
Ha venido preparándose con miras a las rondas clasificatorias para los juegos nacionales.
“Se hizo un torneo clasificatorio en Bogotá al que no pude asistir y otro en Cartagena, donde quedé en el quinto puesto. La idea era quedar campeona porque bajé de peso. Me bajé a la categoría de los 54 kg”, relata la deportista.
No obstante, la Selección se enfocó en su trabajo. Se destacó lo suficiente para que fuese posible el llamado a hacer parte del proceso de preselección que tendrá lugar en enero del próximo año en la ciudad de Bogotá. “Hay un grupo bastante reñido, todas son grandes competidoras. Mi idea es abrir caminos y colmar expectativas con los entrenadores y la selección”, afirma Ternera.
“El Gobierno debe invertir más en el deporte y en escuelas de Boxeo; hay niños con sueños latentes de ser boxeadores y se ven opacados por la falta de interés hacia el deportista, quien sufre por la falta de apoyo económico y por negársele la posibilidad de potenciar el aprendizaje”, afirma con gran preocupación.
Su gran sueño, en la esfera deportiva, es ir a juegos olímpicos y granjearse medallas de oro. A nivel profesional, se proyecta continuar sus estudios de psicología, en los cuales ha cursado siete semestres académicos.