Nadie es profeta en su tierra y es mucho más difícil serlo en una tan llena de tabúes y prejuicios como Valledupar. Hoy destacamos en este espacio editorial al exitoso escritor vallenato Alonso Sánchez Baute, autor de novelas, libros de crónicas y relatos como Al diablo la maldita primavera, Líbranos del bien, ¿Sex o no sex? y ¿De dónde flores, si no hay jardín?; y de la historia original de la telenovela sobre el porro, para RCN Televisión, Luz de mis ojos. Además fue productor y presentador de los programas televisivos Claroscuro, de Señal Colombia; y El Sofá, de Canal capital. Gracias a su impecable pluma es un referente de la región, orgullo de su pueblo natal.
Uno de sus más grandes y recientes aciertos es la exposición itinerante ‘La Hamaca Grande’, la cual lleva el título de una de las canciones más emblemáticas de la música vallenata, inspiración del sanjacintero Adolfo Pacheco, cuya letra ha recorrido el mundo en la voz de Carlos Vives y otros artistas colombianos.
En el exterior se distingue ‘La Hamaca Grande’ por la música y la letra de Pacheco, pero ahora empieza a hacer historia con esta muestra cultural que enseña, a quienes la visitan, la historiografía de la música de caja, guacharaca y acordeón. A través de imágenes, audios y diversos documentos compilados en esta exposición, es más fácil conocer y entender la música vallenata.
El mensaje de la exposición artística de Alonso es que allí caben todos y el nombre no surge directamente por la mencionada canción, sino de la oportunidad que ofrece esta muestra cultural de tener en un solo espacio parte del amplío e imperecedero mundo vallenato.
‘La hamaca de Alonso’ debería trascender tanto como la canción de Adolfo Pacheco. Ese canto en ritmo de paseo ha recorrido el mundo y la exposición también debería hacerlo, teniendo en cuenta que el vallenato es patrimonio cultural inmaterial de la humanidad desde el 2015.
En la actualidad, en otros países conocen más del vallenato por los cantos de Carlos Vives, Silvestre Dangond y demás exponentes, pero qué interesante sería que conocieran las raíces historiográficas del género en esta exposición tan bien pensada.
‘La Hamaca Grande’ se inauguró en Bogotá, donde ha tenido una temporada exitosa. Alonso recibió el apoyo de la Biblioteca Nacional de Colombia para desarrollar este interesante proyecto y por su buena acogida en la capital del país será traída a Valledupar, gracias a un esfuerzo mayoritario del sector privado, para darle a la Capital Mundial del Vallenato una píldora para la memoria, una dosis de su propia historia, recuerdos sobre la importancia de esa juglares que no mueren porque sus vivencias las inmortalizaron en letras y en melodías que recorren el mundo.
Aunque ya tenemos un espacio lleno de historia, como es la Casa Museo del Acordeón, que lidera el compositor Beto Murgas, enhorabuena la capital cesarense tendrá durante cuatro meses ‘La Hamaca Grande’, a partir del 25 de abril, en la Biblioteca Departamental Rafael Castillo Lúquez. Se trata de otro aporte a la identidad de la cultura vallenata, basado en documentación recopilada durante año y medio de investigación. No es la verdad absoluta, como lo precisa su creador cada vez que puede, pero indudablemente es una valiosa contribución que ayuda a conocer y entender la mística del vallenato.