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La Guajira, de bloqueo en bloqueo

Bloquean los profesores, bloquean los transportadores, bloquean las comunidades indígenas, bloquean los trabajadores mineros, bloquean los comerciantes; en fin, casi todos los días hay un bloqueo en La Guajira, exigiendo algún tipo de solución al desastre que vive el departamento. 

Muchos siguen haciéndose la misma pregunta ¿Por qué un departamento con tantos recursos, llegó a este estado? Y es que son varios factores, los que han incidido en el tema: no hay sentido de pertenencia, pésima inversión de los recursos públicos que se ha quedado en manos de la corrupción de los líderes políticos, la desigualdad, la falta de autoridad, etc. El resultado, un departamento en ruinas y con una enorme inestabilidad social y política. La falta de empleo en La Guajira es evidente, lo que  genera pobreza, que se traduce en hambre. Lo peor, es que nada cambia, ya son más de 15 gobernadores, en periodos cortos, que no han hecho nada. Llegó el gobierno Petro, que se pensaba podría iniciar algún cambio, pero los niños wayuu siguen muriendo de hambre, ya van 19 en este año; para colmo nombra a una gobernadora, exfuncionaria de Alfredo de Luque, hoy prácticamente el dueño de La Guajira, un eslabón de esa cadena de miseria y tragedia que ha afectado a un departamento del que su economía, en un alto grado, giraba alrededor del comercio con Venezuela y también se vino al suelo; además, dependiente de rentas ilegales como el contrabando, la gasolina venezolana y el narcotráfico. Cerrejón, en medio de este polvorín social pudo hacer mucho más, pero miraron hacia otro lado con el tema de las regalías y hoy, les toca convivir con la tragedia que afecta su operación casi a diario. Tampoco hay seguridad, por lo tanto, el turismo se ha ido alejando, atracan en la vía al Cabo de La Vela, en la vía a Mayapo, entre Cuestecitas y Riohacha, entre Maicao y Carreipia y no hay ley para detener a los delincuentes. La situación es extrema, no se ve ninguna salida y ya vienen las elecciones donde hay fiesta, pastel y ron, y de nuevo aparecen los mismos, ahora el de moda es un tal Jairo Aguilar, títere de Alfredo de Luque que seguro ganará y que también terminará destituido y preso, adoptando la misma dinámica de sus antecesores. En Maicao, llega Santa Lopesierra, luego de una maestría en EE. UU. por narcotráfico y seguro también gana, porque en La Guajira como en toda Colombia al narco y al corrupto se les admira. En Barrancas, la hija de Kiko Gómez, aunque ni saluda a la gente de su pueblo y no tiene idea de lo público, también quiere ser alcaldesa, solo porque Kiko quiere recuperar el poder para seguir en las mismas. Hasta Oneida Pinto, condenada, tiene el descaro de llevar candidato en Albania y hacer política, manda huevo. En La Universidad de La Guajira, está vitalicio Kaloi, haciendo de las suyas y a Comfaguajira la quebraron los hermanos Luis Eduardo y José Medina, par de sinvergüenzas. 

En La Guajira no se ve un horizonte despejado y al final ¿de quién es la culpa? De la misma gente que elige a sus verdugos, masoquistas sin dignidad, sin criterio para votar que se dejan comprar por cualquier peso; tampoco hay sanción social y por eso, no afloran liderazgos que le apuesten a una renovación. Por lo pronto, lo único y elemental que se les ocurre es bloquear, lo que está visto, no aporta ninguna solución real, les echan un par de mentiras y enseguida desbloquean y todo sigue igual hasta el nuevo bloqueo; así va la cadena, de bloqueo en bloqueo, un círculo vicioso y mientras tanto, el departamento se ahoga en la desesperanza. Qué dolor por mi Guajira. @JACOBOSOLANOC.

Por: JACOBO SOLANO C.

Categories: Columnista
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