Por: José Romero Churio
Ayer, cuando caminé por el balneario Hurtado después del aguacero que cayó sobre Valledupar, al ver el aumento del caudal del río Guatapurí sentí enorme regocijo pero, a la vez, me dio mucha tristeza, la cantidad de basura vertida en su lecho. Mi desconsuelo lo incrementó la realidad de que la lluvia repetida destruye el parque lineal del sector en mención, sin ninguna solución.
Por radio me enteré de la reunión que se llevó a cabo en la sede de la alcaldía, convocada por el alcalde Fredys Socarrás, y que en dicho encuentro se decidió iniciar una gran cruzada en pro del salvamento del balneario Hurtado.
Ojalá que tan admirable sentimiento por tan agradable sitio tenga acogida general y no vaya a ser fragor por uno o varios días, especialmente, de parte de los promotores en mantener el río y su entorno lo más limpio posible, para que la gente pueda bañarse sin riesgo de sufrir heridas con objetos cortantes tirados en las orillas y lecho del río, ni deglutir y absorber sustancias dañinas o contaminantes producto del baño y lavado de perros y de otrassuciedades vertidas sin importar el perjuicio que producen.
Si bien es cierto que conservar el balneario Hurtado y el río Guatapurí en condiciones atractivas y placenteras es responsabilidad, tanto de toda la gente residente en la ciudad de Valledupar, como de los turistas que se divierten en estos lugares y disfrutan sus bellezas naturales. La obligación recae sobre las autoridades gubernamentales, principalmente del alcalde, el gobernador, el director de Corpocesar y el comandante regional de la policía.
La alcaldía y la gobernación deben asumir diligentemente el costo de arreglar los deterioros ocasionados por los fenómenos naturales y el paso del tiempo. Corpocesar debe cumplir su misión de restaurar el entorno ambiental y la policía debe permanecer vigilante en que los vándalos no destruyan, que la gente no bañe animales en el río.
Da grima ver a los incivilizados tirando residuos, lavando perros y bicicletas dentro del río en presencia de policías y ni siquiera los recriminan. A esta gente hay que sancionarla y educarla enseñándoles sus deberes y obligaciones. Esto es competencia de la policía, obviamente, con la colaboración de la ciudadanía, el apoyo económico y logístico del alcalde, del gobernadory otras autoridades.
Mi ferviente deseo y, sin duda, la de otras personas, es que la gran cruzada por el mejoramiento y conservación del balneario Hurtado y el parque lineal sea permanente, con el entusiasmo y rigor que merece. Adelante señor alcalde y demás promotores, no se desanimen ante las acciones de los depredadores,porque a estos, al fin y al cabo la constancia los educará.
Cambiando de tema, sería muy beneficiosa una gran cruzada en pro del acuerdo para la firma de la paz en Colombia, sin importar a cual presidente le corresponda la gloria de su logro. En realidad, todos los colombianos deberíamos apoyar al presidente Santos.
Sin embargo, muchos personajes que fingen patriotismo son los verdaderos opositores, algunos por intereses políticos y económicos, otros por rencores, entre entres otrascoyunturas. En fin, esto de la firma de la paz en nuestro país es un asunto demasiado escabroso y, por ende, difícil de lograr.
De todos los intentos que ha habido, el actual proceso de paz del presidente Santos con la intervención de su hermano Enrique es bastante probable y si se requiere de su reelección, por el bien de nuestro futuro y el de generaciones siguientes habrá que reelegirlo.