Las oficinas de Serdeportes dan pena. Al menos a la prensa deportiva le da vergüenza que lleguen cada semana funcionarios de otras regiones a cumplir sus gestiones deportivas y se encuentran con una edificación que desdice de la ciudad que promociona a diario a nuestros artistas de la música vallenata.
En las diferentes oficinas de Serdeportes, cada aguacero que cae es para sufrimiento, debido a que los funcionarios que allí trabajan deben trasladar computadores, estantes, sillas y demás, para lugar seguro, mientras la zona de recibo de personas es una ‘ciénaga’.
En los días calurosos es común ver al Secretario Departamental del Deporte atendiendo fuera de su oficina, pero no es por una política de acercamiento con la gente. Más bien es para huir del calor, debido a que los aires acondicionados están dañados. Igual no sirven las puertas, la pintura se está cayendo, pero lo peor son los baños, ya que no hay uno solo que preste servicio, entonces los dirigentes que vienen de otros municipios hacen sus necesidades en el gimnasio de boxeo que está al lado o en el estadio Armando Maestre Pavajeau.
Cuando estos dos escenarios se encuentran cerrados, los que visitan a Serdeportes deben acudir a la pared del mismo gimnasio de boxeo.
Este espectáculo deprimente es producto del abandono en el que se ha sumido la oficina de Serdeportes ante la falta de inversión por parte del Gobierno Departamental, que no ha invertido un solo peso para mejorar la infraestructura.
Pena grande pasaría tanto el Secretario Departamental del Deportes, como el mismo Gobernador, si les visitara el director de Coldeportes y éste no encontrara siquiera un baño en las oficinas de Serdeportes, entonces tendrían que transportarlo urgentemente a la Gobernación.
Cualquier mejora que se haga a las oficinas de Serdeportes será puro paño de agua tibia, porque el instituto que maneja el deporte en el Cesar debe tener una gran edificación, digna de una ciudad como Valledupar, querida por muchos.
Estas fotos hablan por sí solas, señor Gobernador