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La glorieta de la “U”

Por: Luis Napoleón de Armas P.
La glorieta del parque de La Leyenda del Festival Vallenato se convirtió en escenario de publicidad de los partidos uribistas, con predominio del grupo de Córdoba, muchos de los cuales han sido mencionados en los procesos de la parapolítica, razón por la cual  uno se siente como si estuviera en Santa Fe de Ralito escuchando conferencias de José Miguel Narváez. ¿Será por eso que la estatua de López fue retirada? ¿Se sentiría cómodo el “Pollo” Vallenato con tantas miradas?
Parece que vienen por la segunda conquista del Cesar pero ahora mediante el voto. Solo Yolanda Pinto y Alvaro Ashton, liberales, se colaron en la rotonda como si no le tuvieran miedo al fuego cruzado. Ahí figura el “Ñoño” Elías que, teniendo aún fresco el ombligo, ya se arrastra por las arenas de la reelección sin importarle la contaminación con la bacteria dictatoriatis. Aquí vemos también a Visbal Martelo, quien llegó de carambola al senado y ahora quiere repetir. ¡Hay mamita! Piedad Zucardi, de la crema y nata cordobesa, también viene en plan de reconquista de lo que antes se conoció como el imperio de La Mesa, hoy huérfano por retiro forzoso de sus emperadores que cayeron en desgracia. Ahí también está Name, hijo del eterno cacique barranquillero, del mismo costal que los anteriores. Y por supuesto, no podían faltar las vallas del partido azul, el de la “C”, letra que en la gramática de la reelección suena como U. Parece que se hubieran puesto de acuerdo para dar un mensaje simbólico de que nos tienen sitiados a la redonda, desde el punto donde comienza el ascenso a la Sierra Nevada, en cuyas estribaciones se ha escrito parte de la historia del cesar en los últimos; primero fue la guerrilla, después, con mayor profundidad, los “paras”. Me da la impresión de que la idea de refundar la patria sigue vigente; las listas de sus promotores y constitucionalicidas pululan por todo el país. La verdad es que aquí hemos padecido la influencia de todas las opciones de extrema y también la de los politiqueros de toda pelambre, propios y extraños, y los resultados han sido siempre los mismos, funestos: desplazamiento, hacinamiento forzado, desempleo, pobreza y muertes; los que mueren por la guerra y los que fallecen por hambre y enfermedades curables  frente a los hospitales. Todos estos extraterrestres vienen a llenar el vacío que dejaron sus colegas autóctonos que la dinámica de los acontecimientos y del tiempo los relegó. Por supuesto, no les irá tan mal porque la fuerza de las chequeras hará arrodillar a más de uno. Amanecerá y veremos.
Lo de los avales se convirtió en una guerra de intrigas y un lucrativo negocio; es como el expedir títulos en universidades de garaje; no entiendo como algunas personas con cuestionamientos, reciban el aval de su partido mientras que otras, pese a su vida diáfana, se les niega. El caso de Luz Marina Gnecco es para Ripley; su partido, el liberal, no la avaló, sabrá mandrake; inaudito. ¿Qué clase de congresistas desea ese partido? ¿Hacia dónde va Rafael Pardo? ¿Cuál es el beneficio que recibe ese partido por sacrificar a una mujer valiosa como la Muma? ¿A quiénes quieren ayudar?
napoleondearmas@hotmail.com

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