Piloneros una vez más volvemos a coincidir, hoy con preocupación, me dirigí a La Galería Popular de Valledupar, un lugar que por más de 25 años según sus comerciantes ha sido ícono de la economía cesarense. En este espacio como en otros de la ciudad los problemas no faltan, lo que en su momento paso a ser una solución para un grupo de trabajadores informales hoy día se ha convertido en un problema.
Los comerciantes que hace más de dos décadas pasaron de la informalidad a lo formal, hoy son víctimas de un modelo que años atrás ellos protagonizaron, en torno que ha generado limitantes en la circulación de los ciudadanos a través de los espacios públicos, restricciones en la movilidad, así como reducción en la oportunidad de vender sus productos.
La esperanza de estos 416 comerciantes formales en promedio se desvanece cada vez que deciden abrir sus negocios, ellos antes de ingresar al establecimiento se encuentran con un número de vendedores informales que le dan la bienvenida a la triste historia que aunque no ha podido ser calculada la cifra total, la realidad es que estos comerciantes informales pasaron a disputar un territorio en supervivencia por las ventas sin importarles los derechos que vulneran.
TRES DÉCADAS Y LA SITUACIÓN NO CAMBIA
Mientras recorría los diferentes locales de electrodomésticos, tiendas de miscelánea, ropas, productos alimenticios y hasta artículos esotéricos, le pregunté a un señor por el vendedor más viejo del lugar y como cosa curiosa al ver la diversidad de pasadizos y artículos me atreví a consultarle, ¿qué es lo que aquí no se consigue? a la primera me respondió: “Ese que estás buscando es Héctor Duque lleva más de veinte años acá y la segunda también te la tengo, lo que no consigas en ‘el valle’ aquí en La Galería lo ubicas, fíjate hasta productos espiritistas consigues”.
Al pasar dos pasillos entre el centro de La Galería y el área de perfumes ubicamos al señor Duque quien hace parte de los miembros fundadores del sitio, éste sin mirar el retrovisor expresó “la problemática que tenemos es la gente que invade los espacios donde la ciudadanía puede caminar, la Oficina de Espacios Públicos no ha hecho nada por solucionar, vienen e instalan sus negocios afuera de La Galería y no pasa nada”.
Desde hace 28 años de estar en el sector comercial, el vendedor señaló que este escenario ha incidido en la reducción de las ventas ya que la gente no quiere ingresar. “Desde hace diez años hemos notado que las ventas han disminuido”, expresó Duque.
Pudimos conocer que el costo promedio en gastos administrativos gira alrededor de los $160 mil, dependiendo de la dimensión del local, su ubicación y el nivel en que este esté, cifra que se suma a los $75 millones aproximados que debe recaudar la administración para el sostenimiento del lugar, monto que mes a mes no logra recaudar la administradora Ledys Ramírez.
“Antes yo tenía de cinco a seis empleados hoy solo tengo dos” destacó Duque, quien al término de la conversación mencionó que una de las posibles salidas a la situación que se ha salido de ‘control’ es la reubicación de los vendedores informales. “La gente que está en la calle también tiene derecho a trabajar pero nosotros pagamos impuestos, empleados, administración y ellos no”.
LA INFORMALIDAD TAMBIÉN TIENE VOZ
Según los representantes del sector con la llegada de nuevos comerciantes ambulantes no se tiene una cifra real de la informalidad en los alrededores de La Galería.
El director ejecutivo de la Federación Nacional del Comercio, Fenalco, seccional Cesar, Octavio Pico Malaver, detalló que aunque el desempleo formal está en Valledupar por encima del 15 por ciento; la informalidad en el Cesar gira en torno al 70 %, cifra para analizar teniendo en cuenta la tasa nacional del 38 %, en esa perspectiva el cesarense para el 2019 tuvo poder adquisitivo para comprar con dinero procedente de la informalidad. “Hay dinero en la calle, los grandes almacenes de la ciudad me mencionan crecimiento de hasta el 13 %, hay crecimiento, lo que no hay es formalidad”, nos comentó mientras le consultábamos sobre el crecimiento económico de la región según trabajo publicado en el diario EL PILÓN.
Jesús Centeno Mújica contradice el planteamiento hecho por Octavio Pico Malaver, quien durante 18 años ha sido vendedor de celulares en una de las esquinas del sector comercial afirma que no ha visto reflejadas las cifras de Fenalco en el crecimiento de su negocio. Centeno tiene una opinión distinta respecto a lo dicho por los comerciantes internos de la Galería que ven en la informalidad el deterioro de sus negocios.
“Uno trabaja para sostenerse, en el caso particular de las zapaterías ellos hablan de que eso está quebrado, eso está así por ellos mismos, porque si hubiesen buscado la forma de mantener sus locales diferentes como otros centros comerciales se hubiesen sostenido”, es decir que la baja de ventas obedece a la falta de estrategias de los comerciantes según el vendedor de celulares en calle.
Pico Malaver señaló que el 2019 fue un año ‘supremamente bueno’ para la economía. En el caso de calzados, electrodomésticos y muebles de hogar, para el cierre del 2019 cerraron de manera creciente al 10,5 %, según Fenalco, así como el ascenso del 8,1 % en consumo de la canasta básica. “La gente está comprando artículos de aseo personal, cosméticos y prendas de vestir con un crecimiento del 6 %”.
Por su parte, la señora Melva Espinoza, quien inicialmente emprendió el expendio de carnes con su hermano, tras su muerte le tocó arrendar el espacio a su sobrino, y aunque hace parte de la Galería durante dos años no ha podido cancelar la cuota mensual administrativa, sus ventas han disminuido en un 60 % y vive del día a día. “Llevo dos años luchando porque esto no da ni para pagar; los bancos ni prestamos nos quieren hacer por la situación que tenemos acá”.
Espinoza quien labora sola desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde por no tener para cancelar un empleado expresó que hace dos años vendía aproximadamente un millón de pesos hoy cierra caja con $250 mil.
Frente a la posibilidad de ser reubicados Jesús Centeno Mújica expresó “depende de a dónde nos vayan a enviar que no nos vayan a mandar para donde nadie va a ir para morirnos de hambre, aquí todos somos padres de familia, cuáles son las empresas que hay aquí para decir que me voy, llevamos toda una vida en este lugar porque no hay más nada que hacer”.
Sin embargo, los comerciantes formales cuestionan el argumento dado que lo califican de una forma de evadir impuestos y responsabilidades legales a la hora de formalizar un negocio.
EL DESPLAZAMIENTO OBLIGADO
El uso indebido de los espacios públicos, la presencia de los llamados rebuscadores o vendedores personalizados es otra de la problemática que enfrenta el lugar debido a que el instinto de supervivencia económica hace de esta estrategia un escenario para el que presente la mejor oferta.
Durante cinco años, Sneider Geney estuvo a cargo de uno de los locales dentro del centro de comercio popular, a partir de hoy estará en un local con unas dimensiones inferiores.
El joven comerciante planteó que el lugar donde estaba el movimiento económico es pésimo y no da para sostener el negocio de electrodomésticos que tiene. “Donde estábamos cancelaba un millón 600 mil pesos ahora pagaré $500 mil de arriendo y la administración”.
No desaprovechó la oportunidad de exponer su punto de vista frente a la economía informal. “Eso nos perjudica porque la clientela se queda afuera, no ingresa, solo lo hace el que viene por algo particular, afuera no les importa vender por un monto inferior como no están a pagando arriendo, impuestos ni alquiler”.
La administradora de la Galería Ledys Ramírez informó que actualmente no están cumpliendo con el recaudo y casi el 13 % de los locales se encuentran desocupados.
LAS SOLUCIONES
“No sería justo que les quiten el trabajo a ellos porque son padres y madres de familia que necesitan pero que los reubiquen y paguen sus impuestos y arriendo como lo hace uno”, plantea Sneider Geney quien se abre paso como emprendedor pero que con este escenario ve cortas las esperanzas de seguir adelante con el negocio.
En una sesión del Concejo Municipal para evaluar los temas de invasión del espacio público y la situación que enfrentan los comerciantes formales e informales de la Galería, el presidente ejecutivo de la Junta Directiva de Fenalco, Reinando Reyes, manifestó que desde la entidad están en la disposición de acompañar para crear una estrategia que permita dar solución incluyente al escenario que por años viven los negociantes. “No solo vamos a retirar a unas personas que están en Valledupar invadiendo un espacio público sino también a reubicarlas para que generen empleo, empresas y riquezas para el municipio”.
Reyes analizó el comportamiento del ‘invasor’ donde expresó que este está generando una competencia desleal frente a la persona que está debidamente establecida. “Tenemos que poner en igualdad de condiciones a todos para que sea una competencia justa dependiendo del producto que venden y dónde lo venden”.