El concepto estético que ha venido imprimiendo la participación de la mujer en la música vallenata nos sigue poniendo a pensar en nuevas formas de entender la música, por ser la música un valor que encierra y que adhiere diferentes estilos y fusiones.
La participación de la mujer en la música tiene sus consecuencias importantes en la historia; hoy genera un interés por la valoración de los trabajos musicales por el talento que han venido aportando, por ser el vallenato un referente hecho de la naturaleza de la tierra, de costumbres y de mujeres.
Al interior de ellas existe un rol destacado bajo el fundamento de una fuerza laboral; el haber conquistado un espacio como mujeres emprendedoras, como origen a la creación de sus organizaciones musicales, quedando atrás el papel reducido que habían venido ejerciendo al interior de la música vallenata.
Para tener un mejor referente de la situación, nos ponemos a pensar en tiempos de pandemia, o para la pos-pandemia, cómo se piensa en las mujeres en el contexto de la música vallenata, toda vez que en la historia de la música las mujeres se han dedicado a cantar, lo que establece una relación de mujeres con el canto y la voz, y en esa variable las mujeres en su conjunto musical vienen modulando con finura la voz en el canto, trasmitiendo el significado, tienen la fluidez, le aportan el saber comunicar con el timbre determinado, que en estos tiempos de crisis se necesita con fuerza.
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REFERENTES
Me parece chévere que se diga que el papel de las mujeres en la música se viene poniendo de moda, que cada día es rotundo; se oye decir en los corrillos callejeros, ¿qué se han hecho en esta época?, ¿que estarán produciendo?, o, ¿qué están pensando para salir de nuevo al ruedo?
Como referente histórico no se olvida el valor representativo de Nohema Fragoso, por ser en la década de los años 60 una de las primeras cantantes vallenatas en cantar en parranda.
Se sigue exaltando el reconocimiento de la reina Margarita Doria, Ana del Castillo, Karen Lizarazo, Natalia Cúrvelo, Adriana Lucía, Diana Burco, Ati Gunnara Jamioy (acordeonera), del pueblo iku de la Sierra Nevada, y la cantante Iris Cúrvelo, de etnias Wayuu, Maribel Cortina, acordeonera, junto a la cantante Dora Rueda, la incursión novedosa de la rosa mompoxina Angie Díaz, y que con la llegada de Isabel Sofía Picón, nueva reina menor del acordeón, y Nataly Patiño, como nueva reina mayor del acordeón 2021, se corresponden con el legado de la maestra Rita Fernández; Patricia Teherán y chela Ceballos (qepd), entre otras.
Ellas nos han mostrado su fuerza creadora; hay una aceptación en crecimiento por las mujeres en la música, se va ampliando el espectro de la participación, si bien se está reconociendo cada vez más la labor de la mujer, es un camino muy largo que se está gestando a través de estas participaciones.
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Más allá del liderazgo femenino, ellas con actitud emprendedora le han venido introduciendo un alto valor a la administración de sus empresas, su papel de gestoras, y que, además de que toquen y canten bien, vienen manejando un concepto melodioso, un estilo urbano del vallenato, que constituye una exquisitez, como adelanto a lo novedoso, letras y sonidos que no han desarreglado la esencia del vallenato, como otra forma de escuchar y entender la dinámica de la música, y ello involucra un alto compromiso para seguirle dando continuidad al hilo creativo, con estética y responsabilidad, para seguir recreando el paisaje sonoro de nuestro vallenato. Con imaginación mantener la fidelidad como compromiso a la valoración estética y literaria de las canciones.
En época de pandemia no se han dejado de escuchar, incluyendo el liderazgo que han venido ejerciendo. Les ha puesto en sus manos el martillo para continuar rompiendo brechas, ellas ya tienen el espacio ganado con fuerza.
Todo lo que se viene pensando sobre el rol de la mujer en el género del vallenato implica pensar muchas cosas, por ejemplo, ¿Cómo sería el enfoque de la industria cultural en el vallenato para empoderarlas en el mercado?, ¿cómo lograr el impacto desde el Plan Especial de Salvaguardia del vallenato como valoración del patrimonio cultural, como generador de sentimiento de identidad? Como una estrategia inclusiva de promoción, y fomento, como manifestación artística desde el conjunto de sus características físicas, psíquicas, estéticas y morales.
El liderazgo de las mujeres en el vallenato, al interior del pensamiento creador de Gioconda Belli: “(…) Dios las hizo mujeres, de pelo largo, ojos, nariz y boca de mujer. Con curvas y pliegues y suaves hondonadas y las cavó por dentro, las hizo un taller de seres humanos. Tejió delicadamente sus nervios y balanceó con cuidado el número de sus hormonas. Compuso su sangre y les inyectó con ellas para que irrigara todo su cuerpo; nacieron así las ideas, los sueños, el instinto. Todo lo creó suavemente a martillazos de soplidos y taladrazos de amor, las mil y una cosas que las hacen mujer todos los días por las que se levantan orgullosas todas las mañanas (…)”.
Por: Ricardo Arquez Benavides