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La frágil seguridad de los niños

Dos hechos lamentables de violencia contra los niños aparecieron en nuestras páginas esta semana. No es la primera vez y quisiéramos que fueran las últimas; no tener que registrar hechos de esa índole es el sueño de todo medio de comunicación, pues no solo existe compromiso con la verdad de la información, sino también con la paz, el desarrollo y el bienestar social.

Se trata del caso del niño de tres años cuya muerte fue confirmada en una sede del Hospital Eduardo Arredondo Daza de Valledupar. Las causas aún se desconocen, pero hay dos cosas claras: la primera es que había signos de violencia en el cuerpo del infante y que, aunque no podría decirse que es la causa de la muerte, sí se puede establecer que antes de fallecer el pequeño vivía sus últimas horas en lamentable condición. Lo segundo es que hay una hipótesis que apunta a que hubo violencia sexual. Por esto hay investigaciones, y de ellas esperamos resultados.

El segundo caso lo protagonizaron estudiantes de la Institución Educativa Leonidas Acuña. Al salir del plantel un niño de 14 años fue apuñalado en medio de lo que parece ser un ataque de matoneo. Aunque no había, para el momento de la publicación, denuncia formal por el bullyng que podría estar padeciendo el joven, sí es cierto es que sufrió un ataque con arma blanca por parte de otro compañero.

Los ataques al parecer no han sido solo físicos, también habría padecido acoso verbal, señalamientos, hechos que están en investigación.

Estos dos casos son muestra visible de una problemática de vieja data y que no ha tenido una solución. Aunque debemos decir que gracias a las denuncias de casos pasados ya existen rutas de prevención y atención tanto en colegios como en comunidades.

Aunque la efectividad no es del 100 %, quizá muchos casos de muerte y agresión a niños se han evitado. Pero insistimos en que esto no debe ocurrir de ninguna manera y que las medidas deben tomarse con urgencia debido a la fragilidad de la seguridad de los niños, niñas y adolescentes en Valledupar, ciudad en constante crecimiento.

¿Qué hacer y cómo llevarlo a cabo? En las escuelas de Valledupar es necesaria una intervención con bases humanísticas que refuerce la labor incansable de los maestros, pues el fenómeno supera la capacidad institucional, y los resultados son más víctimas.

En los hogares es otra historia pues ahí hay un gobierno autónomo constituido en la familia y si esta no se concientiza del peligro que viven sus niños entonces la tarea en manos del Gobierno se complica; no es efectiva.

Urgen estrategias interesantes y eficientes sobre el cuidado de los niños en escuelas y hogares. Recordemos que son ellos los más vulnerables y más importantes para el futuro de las ciudades.

Categories: Editorial
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