Alvarito Corzo, nuestro benemérito amigo y colega tenía en sus manos el libro Derecho Constitucional Colombiano del doctor Carlos Rodolfo Ortega Montero, eran esas épocas memorables de estudiantes de administración pública en la ESAP, en las que de manera rigurosa nuestro mentor nos hacía leer y estudiar sobre esa temática.
Luego fueron editadas otras obras suyas que también pasaron por nuestras manos, tuve la fortuna de contar con la confianza del maestro de servirle como revisor de sus borradores; a lo único que le hizo parada de análisis Alvarito Corzo fue a la foto del doctor Ortega.
“Bueno y será que Rodo no tiene otra foto que poner en los libros, siempre la misma, parece la foto de la primera comunión” y yo complementé el comentario recordando la novela del Irlandés Oscar Wilde El retrato de Dorian Gray, donde el protagonista de la obra mantiene, con el paso de los años, la mocedad intacta; mientras que un cuadro donde fue pintado envejece con el paso de los años y el actuar de Dorian. Al unísono la risa se esparció por todo el salón de clases y eso llegó a oídos del maestro. Lo cierto es que el siguiente libro del admirado y apreciado Carlos Rodolfo Ortega Montero vino con foto nueva; todo eso como resultado de las vainas del patillalero bueno, como dice Iván Ochoa.
El pasado domingo seis de octubre el grupo de columnista de El Pilón compartimos un desayuno bien sabroso, con el exquisito sabor de Edith Mendoza “La Mona” en Patacón Pisao, organizado y brindado generosamente por nuestro amigo José Aponte; se sirvió el desayuno y una sentida oración dirigida por el pastor Valerio Mejía en homenaje a la distinguida periodista y amiga Mary Daza Orozco.
Allí, a mi lado sentado estaba el doctor Ortega, no pude menos que sentirme orgulloso de tenerlo como compañero y recordarle el episodio de la foto de sus libros. Se ve jovial y entusiasta, dinámico; con la misma lucidez, haciendo memoria y citando fechas y episodios históricos del mundo que tanto le apasiona.
A diferencia de Dorian Gray su figura juvenil se mantiene tanto en su apariencia física como en la foto, y si no me creen revisen la que actualmente aparece en sus notas y croniquillas en El Pilón, que sin temor a equivocarme será la de su próxima obra que seguro estará en el mundo literario muy pronto. La foto de Rodo, sirve como un recordatorio del accionar de su vida, dinámica y feliz; sin pecado concebido.
Quien nos puede dar razón de ello y se hace necesario preguntarle es a doña Mary Saurith de Ortega su distinguida esposa y apreciada amiga. Entre otras, y atendiendo la generosa oferta de Rodo, la próxima reunión del grupo de columnistas ya tiene sede, será su casa campo en la mina.
Así que vayan preparando permisos y alistando el estómago para el deleite de ricas viandas y una agradable tertulia. Nos prometimos además una visita a Pueblo Bello a ver si podemos rescatar a Walter González que como Miguel Canales se encuentra ermitaño por esos lares. Sólo Eso.