Hace unos meses el presidente Petro, a través de Twitter, refutó las declaraciones del fiscal Barbosa al sostener que “Nadie en Colombia ha propuesto legalizar la cocaína. El fiscal confunde campesinos cultivadores de hoja de coca con narcotraficantes, por eso las cárceles se llenan de campesinos y los narcotraficantes se pasean en helicópteros”, escribió.
También, recientemente un congresista de oposición lo demandó en la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes, al señalar que Nicolás Petro (su hijo) había permitido la entrada de dineros irregulares a la campaña.
Hace tres días el presidente Petro se sublevó por denuncias dadas a conocer por radio Caracol sobre un supuesto ‘narco’ que podría haber apoyado en Casanare, su campaña presidencial.
También puso en tela de juicio la veracidad de la revista Semana sobre el hallazgo de maletas repletas de dinero sindicalizando a varios allegados: “Ya van dos noticias completamente falsas. Las cinco maletas de Semana y esta de Caracol. No pensé que llegaran a tanta bajeza. De inmediato les exijo rectificar esa información falsa. Nunca hice manifestación en Yopal, nunca se recibió aportes de nadie del Casanare. Las personas que mencionan aquí no son directivos ni de Colombia Humana ni del Pacto. La persona encargada de la campaña en Casanare se llama Sonia Bernal y no Sonia Navarro. Le pido a Colombia Humana actuar judicialmente. Con el perdón de la @Flip”.
Gustavo Petro ha calificado de calumnias estas publicaciones y pareciera que fuesen otra maligna treta contra su gobierno de izquierda por parte de la recalcitrante derecha que trata de recuperar el poder político.
En este orden de ideas, la Fundación para la Libertad de Prensa – FLIP – Colombia, según la agencia de noticias EFE, le hizo este lunes un llamado al presidente colombiano, a ser garante de la libertad de expresión y que permita el flujo de la información periodística.
Aquí cabe preguntar: ¿tiene el presidente Petro el derecho de poner en tela de juicio la veracidad de las informaciones y denunciarlas como calumnias?
Los informes periodísticos son meramente supuestos, por lo tanto, ese debe ser el tratamiento y considero que hay una intromisión peligrosa y fatal para el periodismo de la FLIP. Petro como mero sospechoso no pierde esa calidad, a pesar de ser Presidente de Colombia, él tiene derechos que no se pueden desconocer. Entonces, el gremio periodístico tendrá que esperar las decisiones judiciales para dar a conocer la información.
Por lo pronto, el presidente Petro puede alegar, reclamar y decir que son falsas las noticias (¿hay que creerle?) porque no hay un juicio condenatorio contra él. También está en derecho denunciar a quienes él cree que lo han calumniado, esto no es ataque a la prensa.
La discusión estriba en que el presidente determina que los medios lo están calumniando y por eso menciona que son “noticias falsas”. Mientras tanto, la FLIP ha considerado que las publicaciones radiales tienen un interés colectivo y por tal razón se deben publicar. Es aquí donde el gremio se contradice y parece que se endereza perversamente con el medio periodístico, porque no hay una verdad sino supuestos hechos, “informaciones falsas” dice el presidente Petro.
Como periodista me duele creer que la FLIP se confabule con los poderosos Semana y Caracol y otros medios para arremeter contra las instituciones del Estado, echándole caldo de cultivo a todo lo que se diga en contra de un gobierno que está pidiendo imparcialidad, independencia y honestidad.
Duele decir que la posición de la FLIP nada aporta a nuestra democracia ni a la libertad de prensa. Hasta la próxima semana.
Por Aquilino Cotes Zuleta.