La Fiscalía General de la Nación nace a la vida jurídica con la Constitución de 1991 como el ente acusador por excelencia, rompiendo con el esquema inquisitivo en el que el juez investiga y juzga. Maneja una gran nómina de empleados de carrera y otros de libre nombramiento y remoción en toda la Nación, lo que ha servido para que nombres como Alfonso Valdivieso Sarmiento y más recientemente Francisco Barbosa, se valgan de ella como plataforma de lanzamiento en sus aspiraciones políticas, pues se da por descontado las aspiraciones políticas del exfiscal Barbosa; el primero con el sonado caso del proceso 8.000 donde se investigó y condenó judicialmente a muchos congresistas cuyas campañas fueron financiadas por el Cartel de Cali, y el segundo por el emblemático caso de Nicolás Petro Burgos, y la presunta financiación ilegal de la campaña a la Presidencia de su progenitor Gustavo Petro Urrego.
No está bien politizar la entidad como ha venido sucediendo, pues ello va en detrimento de la moral pública y la misión institucional del ente investigativo: “Zapatero a tus zapatos”, tal como reza el adagio popular, de lo contrario seguirá la alta tasa de impunidad, el sesgo en las investigaciones pues a unas se le imprime la mayor celeridad p. ej. El caso de Laura Sarabia y Juan Fernando Petro (hermano del presidente acusado por el escándalo mediático conocido como el Pacto de la Picota) y otras no avanzan como es el caso del expresidente Álvaro Uribe y el de la excongresista Aida Merlano, el primero con dos solicitudes de preclusión fallidas y el segundo que compromete a miembros del clan Char por la presunta comisión de varios delitos.
En medio de este ambiente enrarecido asume la nueva fiscal general de la Nación, Luz Adriana Camargo Garzón, quien para tranquilidad de todos los colombianos ha manifestado a los medios de comunicación que su gestión será técnica, que no es de Petro ni de la Corte Suprema de Justicia, que habrá más Fiscalía que fiscal y que frente a los casos emblemáticos “se hará lo que se tenga que hacer”. La nueva Fiscal es especializada en derecho penal y su hoja de vida es impecable, por lo que puede esperarse de ella una gestión recta y transparente al frente de ese organismo. ¡Como debe ser!
La cita de cierre: “El arte de los aduladores es aprovechar las debilidades de los grandes, fomentar sus errores y nunca dar consejos que puedan molestar” (Moliere).
Darío Arregocés Baute / darioarregoces2308@hotmail.com