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La Final: el Cesar ni en la A, ni en la B y ni en la C

Un proceso deportivo que inició en Valledupar hace dos décadas, y que justo en estas épocas cuando se esperaba su consolidación y el logro de la meta principal, tal es la de contar con un equipo de fútbol profesional en la categoría A, en estos momentos pareciera haberse esfumado de la ciudad y del territorio cesarense.

Primero fue la noticia sorpresiva que confirmó el traslado del equipo Valledupar Fútbol Club a una nueve sede distinta a esta ciudad, eliminando de tajo una ilusión de 20 años que tenían los vallenatos, de todos aquellos que soñaban ver al equipo de su tierra logrando el título de campeón de la B y así alcanzar el ascenso a la categoría de la primera A.

Falta de apoyo institucional y otro número de razones, propias del negocio del fútbol, dieron al traste con el sueño deportivo de los vallenatos, meta que en muchas ocasiones estuvo muy cerca y la esperanza permanecía latente por el nivel de rendimiento de la escuadra verdiblanca. Era algo que se veía muy cercano y lo sentíamos nuestro como el río Guatapurí, pero que de repente dejó de pertenecernos. Y lo más triste es que no pasó nada, no hubo la más mínima reacción, nadie lloró al difunto.

De esa forma, Valledupar y el Cesar perdieron de un día para otro cualquier posibilidad de estar con un equipo de fútbol profesional en la primera A, para competir codo a codo con equipos grandes del orden nacional, se murió esa esperanza de ver algún día jugar en el Estadio Armando Maestre Pavajeau a los mejores equipos del rentado nacional que cuentan con buena afición en la costa Caribe, con el agravante de que ahora ni siquiera podemos observar a los de la primera B.

Como si eso fuera poco, EL PILÓN, con tristeza grande, tuvo que publicar otra nefasta noticia deportiva: “El equipo más representativo de la Primera C de la ciudad, y finalista de la edición 2022, fue expulsado por la Difútbol debido a una gresca durante un partido contra Formativo de La Paz. Ambos clubes recibieron la misma sanción”.

En ese mismo registro noticioso se hizo énfasis en que en los precisos momentos en que “la afición del fútbol vallenato apenas se estaba recuperando de la repentina desaparición del equipo profesional de la ciudad, Valledupar Fútbol Club, otra mala noticia sacudió este jueves al deporte en la capital cesarense. La Difútbol, a través de la resolución número 071 del Comité Disciplinario de Campeonatos, decidió expulsar al club Equipo Azul del torneo de la Primera C”.

Independiente si las decisiones de los socios propietarios del recién liquidado Valledupar Fútbol Club y de la Difútbol frente al Equipo Azul son injustas o no, lo único cierto y concreto es que nos quedamos sin fútbol competitivo.

De ese color están las cosas en materia futbolera en Valledupar y el departamento del Cesar, situación que debe avergonzarnos ante la opinión nacional, en especial a nuestra clase dirigente. De todas maneras, esperamos que eso sirva de tábano para que todos nos despertemos en actuemos en consecuencia, nos merecemos otra suerte en materia deportiva, sin olvidar que los méritos se obtienen si se lucha por ellos. ¿Qué estamos haciendo para eso en nuestro territorio?

Categories: Editorial
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