Érase una vez, una farola.
Un día, llegó el alcalde con su esposa a prenderla, ya que ésta era de las farolas que se encendían con fósforos.
El alcalde le dijo a su esposa pronto habrá que cambiarla, están siendo reemplazadas por eléctricas. La farola al escuchar esto se desanimo, sentía que sus fuerzas no eran iguales y lo estaban notando.
Empezó a recordar todos sus momentos felices y tristes. Recordaba todo: los niños jugando, leyendo bajo su luz, los novios juramentándose amor bajo los rayos de su luz mágica. Recordaba una persona en especial una bailarina. Una noche trajo a un hombre. Ella bailaba bajo los destellos de la lámpara maravillosa y al ritmo de la guitarra del hombre que era su compañía. Un día sin nadie esperarlo, la chica y la lámpara se sorprendieron, Ya que él le pidió matrimonio a su bailarina y desde esa noche no volvieron, razón por la cual la farola cree que no regresaron a visitarla porque formaron una familia y partieron a otro lugar.
Después de la farola recordar todo esto escucha a la esposa del alcalde decir, que la farola no podía ser cambiada, que ya era como parte de la familia. La farola al escuchar se llenó de esperanza, empezó a llamar a sus amigos, quienes estaban en el techo donde discutían, precisamente sobre quién extrañaría más a la farola. Ella al oír tantos balbuceos y gritos les dijo: Escuchen con atención ¡no seré reemplazada! Pues la esposa del alcalde me tiene gran afecto.
Entonces empezaron a saltar de alegría. Sus amigos decidieron organizarle una gran fiesta de despedida, en la cual se unieron el sol y las nubes formando así un hermoso arcoíris junto a las estrellas fugaces. Como sorpresa llega la hermosa bailarina quien fue su compañía; estuvimos juntas muchas noches de abrumador silencio. Era el momento de la triste noticia, el alcalde irrumpió y exclamó ¡nada pude hacer!
¿Creíste que te abandonaría mi vieja amiga? Sin ti no hubiera logrado ser una bailarina profesional, no hubiera podido conocer al hombre que amo y con quién conforme una hermosa familia a la cual tu pertenecerás. Estallaron los aplausos y las sonrisas al observar la farola quien para siempre iluminaría la casa de aquel hogar feliz.
Por: Anni Perez Quijano – I.E. Agrícola La Mina