El Festival de la Leyenda Vallenata, ha sido testigo de una evolución interesante en sus concursos. Atrás quedó aquel concepto que hacía pensar que un acordeonero por el solo hecho de ser famoso tenía la corona del rey asegurada.
La historia da cuenta de varios hechos en los que quedó demostrado que no siempre el favorito logró coronarse como rey vallenato, entre ellos, tal vez los episodios más relevantes y recordados, los constituyen los ocurridos con Luis Enrique Martínez (perdió la primera vez que se presentó, su corona la logró después), Lisandro Mesa (a quien apodaron el rey sin corona) y ‘Juancho’ Rois, (el más aplaudido por el público) o con el inigualable Alfredo Gutiérrez, a quienes no les fue suficiente su fama.
Epocas en que fallo del jurado por lo general causaba protestas en el público inconforme.
Fue la misma dinámica y el riguroso reglamento del concurso que poco a poco fue haciéndole entender al público y a los mismos concursantes que para ser rey vallenato tenía que demostrar sus virtudes en el justo momento de su presentación ante el jurado calificador, dejando dicho que allí no contaba su larga trayectoria ni sus grandes éxitos musicales sino la calidad de su interpretación.
Por fortuna, ya el fallo del jurado es aceptado de manera más pacífica por el público y también por los mismos concursantes favoritos, quienes ahora son capaces de desprenderse de sus aureolas de músico grande y considerarse del mismo nivel de su contrincante al momento de enfrentarse en la tarima.
Según expertos en el sentimiento del público también ha incidido que se hace la final en un escenario grande pero limitado y nada gratis, que parte del público no es vallenato, ni es el pueblo vallenato de menores ingresos y que no se induce por los organizadores la competitividad, por ejemplo poniendo a competir a los dos más sobresalientes, y la cartelera de músicos internacionales desvía la atención del concurso tradicional .
Con todo, desde cualquier parte de Colombia y hasta de otros países salen concursantes no tan conocidos capaces de arrebatarle el triunfo a muchos de los favoritos del público.
Demostración de que, con el paso del tiempo, el festival ha evolucionado para reflejar una comprensión más profunda y completa de la riqueza cultural del vallenato, afianzando la autenticidad de nuestra música, frente a la toermenta del marketing.
Interesante además el crecimiento del semillero musical que se evidencia en los concursos para niños y jóvenes, que preservan el legado vallenato.
Debe reconocerse que, desde sus humildes comienzos hasta convertirse en un fenómeno cultural internacional, este festival ha mantenido viva la esencia de la música vallenata mientras abraza las demandas del cambio y la innovación.
Además de la ampliación de las categorías, los concursos del Festival de la Leyenda Vallenata han adoptado una perspectiva más inclusiva y diversa. Se han creado espacios para reconocer y celebrar la contribución de las mujeres al vallenato, rompiendo con las barreras de género que alguna vez limitaron su participación en este ámbito.
Pero la evolución de los concursos no solo ha sido en términos de diversidad y variedad, sino también en términos de innovación y tecnología, lo cual permite que su puesta en escena pueda ser observada en cualquier parte del mundo.