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La ética y el valor del ser humano

Al grupo de WhatsApp de los amigos egresados del Instpecam 82, llegó un video donde se aprecia a una bella dama con una voz fuerte y agradable.

Ella comentaba sobre un matemático árabe Al-Juarismi, a quien le preguntaron sobre el valor del ser humano; así respondió el árabe: “Si tiene ética, entonces su valor es uno, si además es inteligente agréguele un cero y su valor será 10; si también es rico, súmele otro cero y su valor será 100; si por sobre todo eso, es además una bella persona, agréguele otro cero y su valor será 1000.

Pero si pierde el uno que corresponde a la ética, perderá todo su valor, pues solo quedarán los ceros”. 

Sencillo, termina diciendo la agraciada dama, sin valores éticos ni principios sólidos, no quedará nada, solamente delincuentes corruptos y malas personas.

Este famoso y gran matemático, astrónomo y geógrafo, persa; fue jefe de la Biblioteca de la Casa de la Sabiduría, de Bagdad; nos define con una sencilla ecuación matemática el valor del ser humano.

En este mundo polarizado, compungido por tanta maldad y lleno de insensibilidad, la ética brilla por su ausencia. La misma a la cual el matemático le asigna el uno como valor y a partir de allí agréguele todos los ceros por virtud presente, para dignificar al ser humano.

Encontramos además de la ética, el respeto al prójimo, la tolerancia, la bondad, la paz, la solidaridad, el amor, la justicia, la responsabilidad, la equidad, la amistad, la libertad y pare de contar.

Y algo que es inherente al ser humano, el auténtico valor de una persona, el más valioso e inconfundible, y es esa capacidad de situarnos en el lugar del otro, de olvidarse de uno mismo y por principio ‘ponerse en los zapatos del otro’

Que bueno no hacerle a los demás lo que no nos gusta que nos hagan; que bueno no agredir las normas que regulan el civismo y el principio social. Que bueno no ser el vivo que vive del bobo.

Todos estos elementos no serían de valor si nos falta la ética, a la cual Al-Juarismi le asignó un valor elemental.

Cosas sencillas y de manejo propio, son las que, además, le van sumando a la ética sin perder su norte, sin perder su esencia. Incrementando más el valor del ser humano.

Tengo una anécdota cortica: estaba parado en una esquina, en la tienda, a unas dos cuadras de la casa, montado en el carro miraba el celular, eran las 8.00 de la noche más o menos; absorto en lo que veía, escuché la voz tierna de una niña, de unos 9 años que me decía: “Señor, pueden pasar y le pueden robar el celular”, levanto la mirada y veo a la niña que se retira lentamente; le di las gracias y reaccioné en la gran verdad de esa premonición que no se cumplió. 

Me fui pensando en la niña. Y analizando que, en medio de todo, los niños la tienen clara. Estamos viviendo en un mundo desordenado, lleno de gente corrupta y sin ningún valor. 

Repito: sin valores éticos ni principios sólidos, no quedará nada, solamente delincuentes corruptos y malas personas. 

Colofón: siguen los robos a los apartamentos en Valledupar, esta vez la víctima fue Wilfrido Rodríguez Orozco y su familia; que vaina, mi pueblo se acaba compa y sin autoridad más ligero. Aparece Mello, ¿dónde estás?  Sólo Eso.

Por Eduardo Santos Ortega Vergara

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