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La estrategia del Presidente Santos

Por: Indalecio Dangond Baquero

Cuenta la parábola que una vez, un ciego estaba sentado en la acera con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: “POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO”. Un creativo de publicidad que pasaba por ahí, se detuvo y observó que solo había un par de monedas en la gorra. Sin que el ciego se diera cuenta, tomo el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza le escribió otro letrero. Volvió a poner el pedazo de tabla en los pies del ciego y se fue.
Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosnas y notó que su gorra estaba llena de monedas y billetes. El ciego reconociendo sus pasos le preguntó si había sido él quien re-escribió su cartel y sobre todo, qué era lo que había escrito allí. El publicista le contestó: “Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, solo que con otras palabras. Sonrió y siguió su camino. El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: “HOY COMENZO LA PRIMAVERA Y NO LA PUEDO VER…”. La moraleja de este cuento es que, cuando las cosas no están saliendo bien, hay que cambiar de estrategia para obtener un mejor resultado.

El presidente Juan Manuel Santos volteó la tabla del ex presidente Uribe y con su nueva estrategia de gobernar bajo un acuerdo de unidad nacional, un proceso de  reconciliación y gente preparada, ha logrado en tan solo dos semanas organizar la casa y a sus vecinos. Los resultados hablan por sí solos: conformación de un gabinete de lujo, armonía con las altas cortes, organización de los partidos políticos y restablecimiento de las relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela. Ya lo había advertido en mi anterior columna, este gobierno va a superar con creces los indicadores de gestión del anterior.

Una vez logrado el objetivo anterior, la estrategia se enfocó en un revolcón  en  los poderes legislativo, judicial y ejecutivo. Esta semana vimos como su ministro del interior y justicia, Germán Vargas Lleras, radico ante el Congreso de la República un paquete de iniciativas para reformar el aparato judicial, restablecer los ministerios de justicia, trabajo y vivienda; ley de ordenamiento territorial y creación del fondo de compensación; ley de víctimas, ley de tierras, reforma al régimen de regalías, ley de estabilidad fiscal, reforma al sistema general de salud y la tan esperada eliminación de los dos patitos feos que tantos dolores de cabeza han producido a los colombianos, como son: la Comisión Nacional de Televisión y el DAS.

Este primer tiempo apenas comienza y habrá que esperar los primeros cien días de gobierno para hacer un análisis más a fondo de los retos establecidos en su plan de desarrollo.
En el sector agropecuario la estrategia de legalización de la propiedad rural ha sido el mejor acierto, ya que elimina de raíz la ineficiencia del negocio agrícola. Un campesino con un titulo de su predio, es como un colombiano con cedula, que está habilitado no solo para ejercer el derecho al voto, sino, también para acceder a un crédito bancario y por ende a los subsidios del Gobierno Nacional que le permitirá desarrollar un proyecto rentable que mejore su calidad de vida y la economía de su región.
Falta establecer un esquema de financiamiento ágil y eficaz para los pequeños y medianos productores del campo que ligado a un servicio de asistencia técnica gratuito seguramente garantizaran la recuperación del sector agropecuario.
No baje el acelerador presidente, ni tampoco permita que en su estrategia de gobernar con funcionarios capaces y honestos, se le cuelen mediocres bien educados, porque ahí si no habrá estrategia que valga, para combatir la corrupción.

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