Por Raúl Bermúdez Márquez
La Escuela de Bellas Artes de Valledupar tiene su historia. En sus inicios se llamó Escuela de Artes y Oficios y surgió de la necesidad de buscar una alternativa al bachillerato académico que se ofrecía en el Colegio Loperena.
Allí se preparaban los jóvenes que optaban por un ciclo de educación más corto para así integrarse rápidamente al ejercicio de un oficio que los habilitara para el trabajo. Se formaban ebanistas, mecánicos y torneros.
Posteriormente se transformó en la Escuela Industrial que dio origen al Instituto Técnico Pedro Castro Monsalvo. Es precisamente a partir de esta última transformación que el Instpecam deja la sede de la Escuela de Artes y se instala en el terreno donde hoy funciona.
Transcurría el tiempo de gobernación de Pepe Castro, cuando se donó el terreno y las nuevas instalaciones a cambio de que el edificio colonial de la Escuela pasara a ser propiedad del Departamento.
En la vieja edificación comenzó a funcionarla Escuela de Bellas Artes adscrita a la Gobernación del Cesar pero un preclaro gobernador, RafaelBolaños Guerrero, entendió que la educación superior tenía que estar a cargo de las instituciones que fueron creadas para tal fin y entregó las instalaciones de la Escuela de Bellas Artesa la UPC bajo la figuradel comodato.
Cristian Moreno en los finales de su mandato abanderó la enajenación de la sede a favor de la UPC y la Asamblea a través de la Ordenanza 005 de diciembre de 2011 autorizó al gobernador para llevar a cabo la enajenación.
Uno de los propósitos de la Ordenanza era que la universidad pudiese hacer las inversiones necesarias para mantener, ampliar y utilizar con plenitud la sede, dado que el comodato no se lo permite.
Cuando el panorama parecía despejado, una persona natural de nombre Giovanni de Jesús Negrete Villafañe, demandó la ordenanza 005 y pidió su nulidad ante el Tribunal Administrativo del Cesar aduciendo la vulneración de los artículos 13 de la Ley 222 de 1983 y 2203 del Código Civil.
La instancia correspondiente de la Gobernación ante las solicitudes reiteradas de la UPC para que se suscriba el contrato de donación, aducía razonablemente que era prudente esperar el fallo para no correr el riesgo de que se presentara una inconsistencia jurídica en caso de que la decisión judicial favoreciera al demandante.
Pues bien, el fallo del Tribunal Administrativo fue proferido el 25 de julio pasado y la Ordenanza 005 de 2011 quedó en firme.
La comunidad académica de la UPC y en especial los estudiantes y profesores de la Escuela de Bellas Artes en Asamblea Permanente,-reclamando entre otros puntos mejoras locativas de la sede-, espera que el Gobernador Luis Alberto Monsalvo consecuente con sus promesas de atender clamores históricos de los universitarios upecistas allane el camino para que muy pronto se protocolice la entrega formal de la sede de Bellas Artes a la UPC.
Sobre todo en una época en la que después de la conversión del subsidio de Fedescesar en crédito condonable, algunos asambleístas consideran que lo que se busca en el fondo es encimar otra sede a la Universidad Nacional.