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La escritora Vicenta Siosi en Valledupar

La sed de la palabra vence la sombra y la sequía. La perseverancia es una mata de lluvia que brota en el desierto. Esta es la revelación imaginativa que se percibe cuando habla Vicenta Siosi Apshana, escritora wayuu, que estuvo en Valledupar el pasado 23 de agosto, en el colegio Enrique Pupo Martínez en un conversatorio con los estudiantes del grupo de creación literaria, que dirige Marielsy Zequeira Negrete con sus compañeros del área de Humanidades, y por supuesto, con el apoyo del rector Andrés Alirio Ortiz Murillo.

La escritora Vicenta deslumbra con su belleza y su palabra. En honor a su etnia, siempre presenta un saludo en wayunaiki. Hizo una breve reseña de su ascendencia paterna italiana; su bisabuelo llegó a finales del siglo XIX, y se quedó para siempre en el corazón de la ranchería. El francés Henri Candelier en su libro, ‘Riohacha y los indios guajiros’, publicado en 1893, da testimonio de la presencia de Vicente Siosi, que convivía con una indígena, hablaba muy bien el lenguaje de la tribu, y era el mejor guía de la Guajira.

Vicenta nació en Pancho, una ranchería cerca de Manaure, y desde niña escuchaba a su mamá, Josefa, “con recelo, y casi segura de que todo lo que refería no eran más que inventos que salían de su imaginación. Y en la noche acostada en su hamaca, con detenimiento, pensaba en la sucesión de relatos que hacía avanzar la noche hasta que el alejamiento de la luna obligaba a cerrar los ojos”. Estudia el bachillerato en el colegio La Divina Pastora de Riohacha, y en y en la Universidad de la Sabana en Bogotá, obtiene el título de Comunicación Social y Periodismo.

Los relatos de su madre fueron los faroles para iluminar su vocación por la escritura; pero sus referentes en literatura, son: León Tolstoi, Horacio Quiroga, Rulfo, Borges y García Márquez. Su primer cuento ‘Esa horrible costumbre de alejarme de ti’, fue publicado por la Universidad de la Guajira. Con el cuento ‘La señora iguana’ fue ganadora del VIII Concurso infantil de Comfamiliar del Atlántico. Y ha publicado los libros: ‘Shimirra tepichi wayuu’ (Juegos de los niños wayuu)’, y ‘El dulce corazón de la piel cobriza’, mención de Honor en el concurso latinoamericano Enka de literatura infantil, en 1998.

En el Conversatorio, Vicenta hizo una exégesis de la importancia de la lectura para el desarrollo de la inteligencia, la liberación del espíritu de la creatividad y la imaginación; para fortalecer la fluidez de la comunicación y entender los compromisos que enaltecen la condición humana.

Por José Atuesta Mindiola

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