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LA EPM que se nos viene

Empresas Públicas de Medellín (EPM) es la última de las empresas paisas que, en breve plazo, empezará su aterrizaje en el Cesar.

Antes llegaron Conconcreto, construyendo y operando el primer centro comercial, el Guatapurí; Constructora El Cóndor para pavimentar la carretera hasta San Roque por encargo de la gobernación y frustrarse la Concesión vial Cesar- Guajira; Colanta, se asoció con Coolesar, el Atlético Nacional, con el Valledupar Futbol Club VFC, Nutresa montó planta en Valledupar y compró frigorífico en Aguachica; Easyfly antes del covid-19 tuvo autorización para volar Medellín-Valledupar, Celsia tiene listo el proyecto solar de La Mesa en Valledupar, esperando solo la conexión de la UPME, y llegaron Justo y Bueno y luego D1 empresas nacidas en Antioquia.

El 23 de abril publicó EL PILON, en un análisis del Centro de Pensamiento, Cesore, una referencia a su empresariado:

“Quienes los conocen hablan de dos tipos de empresarios antioqueños. Unos, modernos, socialmente sensibles, tecnológicamente adelantados, globalizados y culturalmente educados en otras latitudes; otros, rústicos y gamonales, representantes de una economía puramente extractiva, casi feudal, y muy centrados en el interés propio y en la búsqueda de ganancia individual.

Estos últimos son los mismos que llegaron al Urabá el siglo pasado y montaron la explotación bananera con muy poco contenido social para sus habitantes; los que, en Córdoba y Sucre, junto con terratenientes locales, están detrás del daño ambiental ocasionado en La Mojana o los que hacen minería irresponsable en muchas partes del país”.

No dudamos en que han llegado los del primer grupo, representados en emblemáticas empresas, desfile coronado con el ingreso de EPM -a ocupar en El Cesar a partir de octubre el lugar de Electricaribe- la segunda empresa pública, y la primera de servicio público en la nación, con más de $50 billones de activos y pasivos de casi 20, que transfiere a su municipio 1.4 cada año, que distribuye y comercializa 1/3 parte de la energía del país y que con Hidroituango generará el 30 %, además del suministro de otros servicios como agua y telefonía y de inversiones millonarias en el exterior. EPM es objeto de una tormenta por el conflicto entre el joven nuevo alcalde Daniel Quintero y su gerente con la junta directiva, que juntos desarrollaban un viejo y exitoso modelo de gestión público- privada.

“…lo que pase con EPM tiene, como se ha visto, efectos telúricos en la política y la economía de todo el país. Basta recordar, por ejemplo, que EPM acaba de adquirir la mitad de Electricaribe, que distribuye energía en Sucre, Bolívar, Córdoba y Cesar, y que le quita al Gobierno una bomba de tiempo financiera y social que le iba a estallar en las manos en momentos de afugias fiscales. Las semanas que vienen serán determinantes para despejar la polvareda que se ha levantado y saber cuál será el nuevo rumbo de EPM en una coyuntura tan difícil”, dice Semana en su edición actual.

Esperamos que se retome el cauce en EPM y que el proceso de recibo y entrada en operación en nuestra zona traiga calidad en el servicio, costo razonable y buena energía paisa.

Categories: Editorial
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