Es evidente el mal momento del Partido Liberal en el Cesar. No se puede tapar el sol con las manos y menos ocultar el nerviosismo, la incertidumbre y la desbandada que se puede dar con la medida de aseguramiento ordenada por la Corte Suprema de Justicia a su máximo jefe en el departamento, el congresista Pedro Muvdi, investigado por sus presuntas relaciones con los paramilitares del Bloque Norte de las Auc.
Difícil situación que hoy tiene en jaque a los candidatos a la Cámara de Representantes que estaban bajo la sombrilla Muvdi, que hasta ahora deberán seguir con el apoyo a un Senado invisible al no estar la presencia física del aspirante.
Es un problema ético del Partido Liberal, mas no jurídico, si decide continuar con el aval a un candidato que hoy está tras las rejas y aunque no esté condenado, se cierne sobre él una tormentosa investigación judicial, que con los antecedentes de la parapolítica en el país, podría terminar en condena.
Hasta ahora los directivos del liberalismo en el Cesar han dado muestras de continuar con la campaña de Muvdi al Senado y aunque no existe un pronunciamiento de los jefes del Partido (Simón Gaviria como presidente nacional), todo apunta a un desgaste con una candidatura que finalmente puede terminar sola. Ya el candidato cabeza de lista a la Cámara de Representantes, Andrés Arturo Fernández, parece dar muestras de búsqueda de nuevos senderos políticos y con ello terminarían los otros tres integrantes de dicha lista, trabajando para cumplirle el umbral a Fernández. Así quedaría como jefe del Partido en el Cesar.
Desde el punto de vista ético no se justifica que el Partido Liberal impulse la candidatura de un aspirante con enredos con la justicia, cuestionado por sus presuntos vínculos con los paramilitares, dejando huérfanas a las Cámaras, que literalmente quedan atadas a una aspiración ambigua. Quedan 99 candidatos al Senado por el liberalismo que si no cesarenses, sí muchos con afectos al Cesar que bien podrían impulsarse en bien del umbral del partido.
Finalmente existe el Consejo Nacional de Control Ético del Partido Liberal Colombiano, que es el organismo encargado de vigilar, controlar y decidir sobre el cumplimiento de las normas contenidas en la Constitución, la Ley y los Estatutos de la colectividad por parte de los directivos y afiliados por las faltas cometidas según lo establecido en el Código de Ética y Procedimiento Disciplinario. Si ya hay silla vacía en el Congreso de la Republica, ¿Por qué darle más largo a la situación?