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La educación debe ser el gran objetivo

Uno de los temas claves en los cuales coinciden, en muchos aspectos, en sus programas, los candidatos a la gobernación del Cesar, es el de la educación. Todos lo consideran un asunto prioritario y ojalá, -resulte quien resulte elegido-, se le de la importancia que este merece.
En efecto, Arturo Calderón Rivadeneira, Basilio Padilla, Luis Alberto Monsalvo, Omar Martínez, Rubén Darío Carrillo y Romelías Durán Lagos, tienen una serie de propuestas interesantes sobre el tema que, de llegar a aplicarse, implicarían avances sustanciales en la educación en el departamento. Todos, en mayor o menor medida, hablan de aumentar la cobertura y de mejorar la calidad, en todos los niveles.
En primer lugar, se debe trabajar de manera decidida contra el analfabetismo. Mientras que la tasa promedio nacional está en el 1 por ciento, en la población entre 15 y 19 años, en el departamento del Cesar es del 8,21 por ciento, presentando un Valledupar una tasa del 4,3 por ciento y Pueblo Bello la alarmante cifra del 23,47 por ciento.
No hay derecho a que en pleno siglo veintiuno los cesarenses tengamos estas cifras en materia de un flagelo como el analfabetismo. La erradicación del analfabetismo, con programas novedosos y creativos, debe ser un objetivo compartido por todos los alcaldes que resulten elegidos el próximo 30 de octubre y – por supuesto- meta del próximo gobernador.
Sobre este y otros asuntos de la educación, vale la pena revisar las cifras y los conceptos del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), en el documento “Cesar Gobernabilidad Democrática y Construcción de Paz.  Retos Electorales”, en el cual se reconoce que el departamento ha avanzado de manera importante en cobertura, en todos los niveles, en menor o mayor proporción en todos los municipios.
Se advierte en el documento mencionado que se debe avanzar en educación pre-escolar, principalmente en Bosconia y Manaure, y en educación básica secundaria en Gamarra y Pueblo Bello; y en la media en González, Pueblo Bello, Río de Oro y San Martín.
Los programas encaminados a mantener y aumentar la cobertura se deben mantener, en todos y cada uno de los 25 municipios del departamento; igualmente los esfuerzos para combatir la deserción, que es un problema nacional.
No obstante, los principales esfuerzos se deben hacer en los programas de mejoramiento de la calidad. Las pruebas Saber y los exámenes del Icfes muestran una grandísima diferencia en materia de resultados, entre los colegios privados, principalmente algunos de los más importantes ubicados en Valledupar, y los que presentan los jóvenes de los colegios públicos del departamento.
La respuesta a los retos en materia de calidad debe partir de un plan bien diseñado y discutido con la comunidad académica, principalmente con expertos, directivos y profesores, atendiendo una visión integral en todos los niveles: educación para la primera infancia, la primaria, la media y también la educación superior. A la cual nos referiremos en otra nota editorial.
En este sentido, es mucho lo que se puede y se debe hacer en materia de capacitación de docentes; mejoramiento de infraestructura y dotación escolar, como también en la dotación de bibliotecas, fomento de la lectura, nuevas metodologías escolares, bilingüismo y acceso a nuevas tecnologías. Atención especial deben merecer colegios como El Loperena, el Instpecam y el Ciro Pupo Martínez, entre otros, que en otras épocas formaban bachilleres de la mejor calidad.
Ojalá, de verdad,  la educación sea el gran objetivo del nuevo gobernador y los nuevos alcaldes que resulten elegidos en las próximas elecciones. El Cesar puede aspirar a convertirse, en el mediano y largo plazo, en un departamento modelo para la Región Caribe y Colombia, en general, en materia de educación; esto tendría grandes efectos en materia de lucha contra la pobreza y la inequidad.

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