No sorprende el informe presentado ayer por las Naciones Unidas denominado ‘Humanidad dividida: Cómo hacer frente a la desigualdad en los países en desarrollo’, que recomienda que para “reducir considerablemente la desigualdad es necesario adoptar patrones de crecimiento más inclusivos –apoyados por políticas de redistribución y cambios en las normas sociales”.
Este informe da cuenta de que el uno por ciento más rico de la población mundial posee alrededor del 40 por ciento de todos los bienes, mientras que la mitad con menos recursos posee apenas el uno por ciento. Con este nuevo estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se demuestra que si no se hace nada al respecto, la desigualdad puede debilitar las propias bases del desarrollo y la paz social y nacional.
Así textualmente lo afirma el informe, conceptos y aristas que deben poner a reflexionar a la dirigencia colombiana y a la cesarense, más ahora que están en una época política donde prometen lo posible e imposible. La posibilidad de cerrar la gran brecha de pobreza y de desigualdad en el país, y por ende en el territorio cesarense, depende en gran medida de las políticas públicas que busquen este fin; debido a que la desigualdad se da en términos de salud, educación, nutrición, género e ingresos, que son el talón de Aquiles del desarrollo.
¿Cuántas personas mueren por no recibir atención o recibir una mala atención de parte de nuestro sistema de salud? Si tiene dinero se puede salvar, pero si no lo tiene lo más probable es que muera y esto es desigualdad.
EL PILON invita a los 36 aspirantes cesarenses de los nueve partidos políticos en contienda a la Cámara de Representantes y a los candidatos al Senado, oriundos del departamento, a que lean este informe que puede darles luces para que sus discursos y sus pretensiones para llegar al Congreso sean más coherentes y aterrizadas con la realidad mundial y colombiana, sin salirse de la línea real de la humanidad que está ávida de oportunidades.
Si los candidatos supieran que en este momento existe más desigualdad que en los años 90, sería otro el panorama. Este informe del PNUD asegura que “…Al ajustarse al tamaño de la población, entre 1990 y 2010 la desigualdad de ingresos aumentó un 11 por ciento en los países en desarrollo. Una importante mayoría de hogares en países en desarrollo, que representa más del 75 por ciento de la población, hoy en día vive en sociedades donde la distribución del ingreso es más desigual que en los años 90”.
Es para preocuparse. Colombia –menos el Cesar- ha reducido la gran brecha de pobreza, tal vez se ha movido un poco con el trabajo que ha implicado el cumplimiento de los Objetivos del Milenio que tienen plazo el próximo año, pero no tan significativo como para cambiar abismalmente las desigualdades. Para no hablar de cifras en salud, educación, nutrición, les dejamos estos datos para pensar: el Cesar según fuentes de la CEPAL, en el escalafón de la competitividad de los departamentos de Colombia, se encuentra en un nivel medio bajo, más bajo que medio. Y según otras fuentes oficiales, el Cesar es uno de los departamentos más desiguales del país, menos del uno por ciento de su población concentra el 50 % de la tierra, las regalías no han tenido impactos en la superación de la pobreza, amén de la corrupción y mal manejo de recursos públicos.