Muy poca gente de los diferentes sectores de la ciudad sabe que al sur de Valledupar, en la margen derecha del río Guatapurí, existe una invasión sin un nombre precisado por sus habitantes, sin embargo, Brisas del Guatapurí es el que más acogida tiene, puesto que ‘La Cola del Caballo’ les parece despectivo.
Es un conjunto de 25 casas que limitan con el barrio Villa del Rosario, Los Mayales y unas fincas a la orilla del río; desde su creación el 31 de enero de 2011, el crecimiento se limitó a dos manzanas, constituidas en pequeños ranchos, mientras que en otras partes de la ciudad crecían las invasiones: Emanuel, Tierra Prometida (al sur) y Altos de Pimienta, Brisas de La Popa,(al noroccidente).
Los servicios públicos, al ser una invasión pequeña, fueron fáciles de traer a la invasión. Con sus propias manos instalaron postes y cableado para tal fin, y hasta la fecha el fluido de energía es constante según manifestaron los moradores de este sector.
La gerente de Electricaribe en el Cesar, Mónica Hoyos Batista, manifestó que es una norma de la empresa instalar medidores para verificar cuánta energía está consumiendo un asentamiento de este tipo. “Tendría que verificar si esta invasión está reconocida por el Municipio dentro de la declaratoria de subnormalidad para ampliar el tema. Sin embargo nuestra intención es instalar los medidores para tener control de esto”, dijo.
Leofer Yance, uno de los primeros moradores de la invasión, es hijo del agricultor Néstor Yance, el primero en ubicar su rancho en este lote de propiedad del Municipio.
“El problema es de vivienda, no tenemos y el arriendo nos tenía acosado. Todas las personas que estamos aquí hoy, somos los mismos que empezamos la invasión”.
Según Yance, hace dos años una entidad descentralizada realizó un censo a la población infantil arrojando como resultado 90 niños, y él calcula que hoy hay más de 100 menores. “Todos los niños estudian en el colegio Francisco Molina Sánchez”, dijo Leofer.
Los moradores de Brisas del Guatapurí, levantaron sus ranchos al pie de lo que en su momento fue la escombrera no oficial del Municipio; el lugar llegaba a recibir grandes cantidades de podas, escombros y basuras.
Las pilas de material superaban los cuatro metros de alto y la última vez que hicieron depósitos ahí, miembros de la comunidad incendiaron el sitio.
“Hablamos con el gerente de Interaseo y Salud Municipal por la basura que echaban ahí. Ellos empezaron a recoger la escombrera y aquí le prendieron fuego, en adelante prohibimos la entrada de los carro muleros y así se acabó la basura”, dijo Óscar García, habitante del sector.
Varias de estas personas esperan que los rumores de que Fonvisocial los visitará para medir sus predios, sea una realidad. Esperan estar vinculadas a los planes de ‘subnormalizar’ poblaciones asentadas en terrenos del Municipio.
Puntos de vista
Óscar González, habitante: Aquí se consigue gente trabajadora, electricistas, mecánicos, técnicos en refrigeración, este barrio es pacífico. Desde que estamos aquí las cosas han salido bien.
Ulfran Yance, vecino: “Aquí nos ha ido bien. Yo tengo cinco hijos y hasta hoy las cosas han estado bien, pacíficas, y por eso pedimos que aunque sea nos legalicen los lotes, nosotros hacemos lo demás.
Por Andrés Llamas Nova
andres.llamas@elpilon.com.co