La academia, los grupos de danza de todo el país, los trabajadores de la cultura, los sociólogos, los historiadores, los etnógrafos, los folclorólogos, en fin, todos los intelectuales o no, que hacen seguimiento a los temas culturales de los pueblos, hablan de la Depresión Momposina. Esta curiosidad comenzó con los trabajos realizados in situ por el sociólogo Orlando Fals Borda que por allá en los 70s recorrió la subregión haciendo trabajo de campo para dar a luz en el 79 a su obra titulada Mompox y Loba Historia doble de la Costa, obra citada prolijamente en libros, artículos y textos.
Pero ¿qué es la Depresión Momposina? Contestar esta pregunta, así, al rompe, me pone en calzas prietas, pues hay disparidad de definiciones ya que muchos investigadores la definen por su ubicación geográfica, por su economía, por sus humedales, en fin, la miran a través de la óptica o visión del trabajo investigativo que realizan. Trataré dar una la visión global de la misma y así podamos adentrarnos a un territorio lleno de magia, de música y cantos, adobado con una oralidad que muchas veces desborda nuestra visión de realidad.
La respuesta a esta interesante pregunta la desglosaremos en tópicos sencillos en varios textos cortos, para ir abordando poco a poco la generalidad de este territorio y así ir escalando hasta develar este espacio mágico, tan estudiado y al mismo tiempo —paradójicamente— tan desconocido por propios y extraños. Nuestro intento tal vez quede corto, pero intento, al fin y al cabo, resolver algunas dudas y contribuir a juntar las definiciones de varios investigadores que han abocado el tema de la llamada Depresión Momposina.
Partamos de esta definición que engloba parte de lo investigado, diciendo que es “una extensa hondonada localizada entre la llanura Caribe y las estribaciones de las serranías de Ayapel, San Lucas y Perijá”. Es un territorio de aguas, bañado por cuatro grandes ríos: Magdalena, Cesar, Cauca y San Jorge, los que a través de innumerables caños alimentan a un sistema de ciénagas y humedales extensos.
GEOGRAFÍA
La Depresión Momposina está ubicada en el centro del Caribe colombiano más precisamente en territorios de los departamentos Córdoba, Sucre, Bolívar y Cesar, bañada pródigamente por cuatro grandes ríos: Cauca, Magdalena, San Jorge, y Cesar, además de innumerables canales que animan el flujo de agua durante todo el año. Dentro de esta extensión territorial se encuentra inmersa la ciénaga de Zapatosa.
Ser un territorio de aguas hace que sea la pesca uno de los renglones más socorridos de la economía de sus pobladores. Precisamente, lo de la abundancia de caños humedales y ciénagas y el abandono tradicional del gobierno central han dificultado por largos años la construcción de vías carreteables impidiendo su progreso y desarrollo económico, pero vale la pena anotar que precisamente esa falta de comunicación permitió que se mantuviera incólume la tambora, que es insignia de su manifestación cultural, transmitida de padres a hijos
Ahora bien, este territorio fue habitado por pueblos aborígenes entre ellos los zenues, los chimilas, los malibues y pocabuyes; luego con la Conquista y la Colonia se dio la presencia del hombre blanco y, más tarde, el negro introducido en la boga y la minería.
Esta presencia de diferentes pueblos nos da idea del proceso sincrético en que se fraguó la cultura de nuestra subregión y por ello hay marcadas diferencias con el resto del Caribe, esto nos indica el por qué nuestra cultura es anfibia, como diría Fals Borda; esto demuestra el componente sincrético de nuestra cosmovisión; ello indica el por qué siendo costeños tenemos marcadas especificidades que nos hacen diferentes y sobre todo por qué nuestra cultura siendo la misma de la costa Caribe es diferente y tal vez esclarezca el por qué los pueblos del río y de la ciénaga de la Zapatosa siendo cesarenses tengamos una cultura diferente, explicando así el por qué nos molesta que traten de imponernos una catedra que desconoce la cultura vernácula.
(En próximas publicaciones seguiremos definiendo la Depresión Momposina).
Por: Diógenes Armando Pino Ávila