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La democracia y sus enemigos

Esta institución data desde tiempos muy remotos, de la antigua Grecia. Donde fue excelsa, aunque con limitaciones.
Ha ajustado dos siglos en los países latinoamericanos, con breves interrupciones.
En la actualidad se halla herida de muerte en algunos de estos países, con el mal augurio de que tal situación amenaza avanzar hasta cubrir toda la zona.

Sus enemigos se justifican en los siguientes hechos, aunque no exclusivos: las fragilidades económicas-sociales de tales naciones, que impiden la satisfacción de las necesidades básicas principales de sus habitantes; la violencia recurrente, casi siempre atribuida por sus enemigos a las razones precedentes; la corrupción creciente pues todos los días compromete a una mayor cantidad de sujetos , en las administraciones públicas y en la gestión de los negocios privados.

Las concausas materiales aludidas puede que sean ciertas, pero a mi modo de ver, hay otra causa de tipo intelectual aupada por la llamada Filosofía Militante, la cual tiene las siguientes características: menosprecio por la filosofía tradicional — experimental y/o especulativa–, considerándola como una filosofía de escritorio, elitista, inútil para resolver los problemas vitales de las gentes , la cual, a su entender, debe ser sustituida por una filosofía de rebelión, ideologizada, al servicio de las poblaciones, considerándose a sí misma en la obligación de insubordinarse contra el estado de cosas oligarca, representante de formas injustas en las relaciones sociopolíticas-económicas.

Todo ello, tiene un confuso ambiente y mezcla de anarquismo y violencia de lucha de clases que se propone el derrocamiento del poder político democrático para reemplazarlo por un sistema de socialismo extremo, que se autodenomina progresista, pero que es realmente voluntarista y regresivo, individualista en su cúpula política, que tiene la finalidad proterva de alzarse definitivamente con el poder político y apropiarse también del económico.

El fenómeno ocurre por la manipulación de las masas, que es la carne de cañón, la engañada, la que pone los heridos y los muertos, y la que en alguna porción es la responsable materialmente del vandalismo. Parte de esta masa, suele apoyar al nuevo gobierno revolucionario, cuyos líderes se perpetúan en el poder amasando riqueza, ellos y sus conmilitones, sin dejar de autoproclamarse defensores de los fementidos derechos humanos, los cuales no obstante violentan continuamente, y este es un problema grueso para la democracia, que es necesario resolver cuanto antes.

De tal manera, que los llamados paros nacionales, las marchas contra el orden público establecido, organizado por líderes populistas constituyen una trampa para cobrar ovejas incautas, idiotas útiles, hoy día apoyados por la llamada Filosofía Militante que lanza las gentes a las calles( tal cual lo acaba de hacer el Procurador de la Nación, diciéndole al Presidente “ se sintonice con la calle”), en las que aterrados podemos contemplar la destrucción de los bienes públicos y privados e infortunadamente a algunas de esas mismas gentes, heridas y matadas, y el orden público caótico, esperando su síntesis Hegeliana.

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Rodrigo_Lopez_Barros.: