La cultura tiene muchos significados, uno de los más amplios es “el conjunto de elementos y características propias de una determinada comunidad humana”, incluyendo aspectos como las costumbres, las tradiciones, las normas y el modo de un grupo pensarse a sí mismo, de comunicarse y de construir una sociedad.
En Colombia, mediante la Ley 1185 de 2008 por la cual se modifica y adiciona la Ley 397 de 1997 y Ley General de la Cultura establece que la política estatal en lo referente al patrimonio cultural tendría como objetivos principales la salvaguardia, protección, recuperación, conservación, sostenibilidad, y divulgación del Patrimonio Cultural, para tal fin las entidades territoriales deben incluir el componente cultural en sus Planes de Desarrollo y asignarán los recursos que garanticen sus objetivos.
La cultura es considerada como el cuarto pilar del desarrollo, es por ello, que la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) desde 2018 estableció que la dimensión cultural debe estar presente en todos los sectores y actuaciones, vinculadas a la agenda 2030 y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) de los países que conforman esta organización.
Para ello asumen la Carta Cultural Iberoamericana que propende por el respeto de la diversidad cultural y la protección del patrimonio cultural, así como adelantar acciones de refuerzo de valoración de las expresiones, identidades y conocimientos de los pueblos de la región.
A pesar del reconocimiento y de la importancia de la cultura en el desarrollo de la sociedad y la legislación que busca su protección, las entidades territoriales siguen manteniendo a la Cultura como la Cenicienta de los Planes de Desarrollo y el presupuesto, puesto que, si bien es incluida en los Planes de Desarrollo, también es cierto, que la inversión y asignación de recursos en los presupuestos es irrisoria, lo que no permite posicionarla como el pilar de desarrollo dentro de la sociedad.
En el departamento del Cesar encontramos más preocupaciones, puesto que sumado a la falta de compromiso presupuestal para la cultura, encontramos que la diversidad cultural no viene siendo respetada, que por el contrario mediante la exclusión de ciertas manifestaciones culturales y la imposición de la supremacía del vallenato como la expresión cultural del departamento pretenden borrar de la memoria de los pueblos sus costumbres, tradiciones y manifestaciones culturales autóctonas.
Mientras la inversión y el presupuesto estuvo y está disponible para la construcción del Parque de la Leyenda Vallenata, el Festival Vallenato, las diferentes estatuas (bustos) de los exponentes vallenatos que inundan a Valledupar, la construcción del Centro Cultural de la Música Vallenata, los actos de homenaje a los artistas vallenatos fallecidos y la publicidad exaltando el natalicio de los mismos, encontramos cómo otras actividades culturales no cuentan con las mismas oportunidades, inversión y asignación de recursos y los exponentes de estos géneros se encuentran en el olvido y abandono gubernamental.
Es hora de catapultar la cultura como pilar principal del desarrollo de las comunidades, respetar la diversidad cultural y brindarle a todas las expresiones y manifestaciones culturales del departamento la importancia, inversión y asignación de recursos que permitan su rescate, conservación, difusión y divulgación para de esta forma podamos establecer el turismo cultural en el Cesar que traería gran impacto en el plano económico para la región.
Por Diógenes Armando Pino Sanjur