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La culpa es de todos ustedes

¿Cómo así? ¿Yo tengo la culpa y de qué?, preguntarán ustedes apreciados lectores y sacaran sus conclusiones. Ustedes son importantes en el análisis de este escrito. Un reo próximo a ser ejecutado a la pena capital, condenado por doble homicidio, pidió al guardia que muy pendiente lo vigilaba papel y lápiz; su solicitud fue atendida de inmediato y en su propia celda comenzó a escribir. Hizo varias cartas y así se desahogó sin ningún impedimento, dejando en el papel toda su impetuosidad, osadía y sinceridad que nunca en su vida le había caracterizado; según él, ¿quién le impedía escribir?…Nadie, además le habían dicho le cumpliremos su último deseo; no pidió presencia familiar, ni cena, ni cura; solo papel y lápiz. Firmadas las cartas, las entregó al custodio y mirándolo fijamente a los ojos le dijo: cumpla mi última voluntad, quiero que se las entregue directamente a los destinatarios que allí indico.

A su madre le escribía: Tú eres tan culpable o más que yo; recuerdas cuando le robé la bicicleta a un niño vecino, tú me ayudaste a esconderla para luego venderla; luego cuando llegué con bastante dinero no me preguntaste ni siquiera su procedencia, antes por el contrario te apresuraste a que te lo diera para gastártelo; cuando mi padre se dio cuenta de uno de los casos, tú lo echaste de la casa, tal vez quería corregirme; si eso hubiere sucedido no estaría en estas. Fui creciendo, y ahora que soy un hombre mal formado, un presidiario, me doy cuenta que no fui corregido a tiempo, solo te pido hagas llegar este mensaje a muchas madres y padres, lo que más puedas, para que sepan que ellos son los únicos responsables de formar a un hombre decente, probo y honesto o un delincuente; madre te agradezco por darme la vida y gracias también por ayudar a quitármela: tu hijo el delincuente; no hubiese querido escribir esta carta; madre creo que si existiera justicia en este mundo, tanto tu como yo debiéramos ser ejecutados; tu eres tan culpable como yo de mi miserable vida; te acuerdas cuando cometí esos hechos malos, reprochables, tu callaste, hubiera querido ser reprendido y castigado físicamente, te lo hubiera agradecido; en esos momentos necesitaba corrección para seguir viviendo, te aseguro que no estuviera traumatizado; hoy me castiga la justicia y qué?, ya no existiré.

Otra misiva al gobernante: Quiero decirle que la primera vez que llegué a la cárcel, pude ser rehabilitado, lo deseaba, supe que existían recursos con esa destinación, pero no fueron invertidos; si no existiere tanta corrupción y se hubiesen utilizado no estaría en esta situación. Sé que aún la población carcelaria no es rehabilitada antes de entregarla a la sociedad. Otra carta la dirigió el moribundo a los profesores y les decía: Es triste ver el éxodo de estudiantes de escuelas y colegios, los cuales no se encuentran ubicados y orientados en sus propósitos, yo era uno de ellos y ustedes no pudieron identificarme, estructurarme y menos educarme; la culpa es de ustedes ya que cuando no presentaba las tareas, evadía las obligaciones de alumno o tenia mal comportamiento con mis compañeros, no recibí los llamados de atención y correctivos correspondientes. Aunque ellos dicen que enseñan, me di cuenta que no educan ni forman, ellos también tienen la culpa de lo que me llevará a la muerte. Otra carta la dirigió a la sociedad: Son más los buenos que los malos, por los primeros pude ser corregido, pero no fue así, muchas puertas me fueron cerradas; también tienen la culpa aunque digan que no; la gente dice: “pido una nueva oportunidad”, ¿oportunidad para seguir en las mismas?, yo la hubiera aprovechado.

Algo que rescaté de una carta que no terminó, es que se está a tiempo de parar esa desenfrenada carrera al mal por parte de todos estos intervinientes de la sociedad, que este orgullosos de haber formado hombres útiles y no delincuentes, a los que no les tiembla la mano para acabar vidas y robar lo que tanto sacrificio les cuesta a los demás. Les dejo este interrogante ¿Cuándo debe aparecer la corrección para entregar el castigo correspondiente?

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