Por Raúl Bermúdez Márquez
Tuvo gran resonancia en los medios de prensala divulgación de un informe del MEN que ubica al Cesar en la penúltimaposición y a la Guajira en la última, en materia de Calidad, Acceso y Logros en educación. El informe se basa en un estudio contratado con el Instituto Técnico de Monterrey de México. Algunos entendieron que se refería exclusivamente a la Educación Superior y se apuraron a señalar a la UPC como la principal responsable de la debacle.
Otros con mucha objetividad como el ilustre profesor y amigo Gonzalo Quiroz se tomaron el trabajo de analizarlo en profundidad y entendieron que es un estudio del comportamiento de todo el sistema educativo. De hecho el principal insumo procesado fueron las pruebas Saber desde el nivel básico hasta el profesional. Se gastó buena tinta perono se recordó el informe de hace unos meses del Ministerio que otorga a la UPC el lugar 11 entre las 32 universidades públicas del país y el 2° entre las del caribe colombiano.Omisión lamentable porque aquel si evalúa los procesos misionales de las universidades (Investigación, Formación, Extensión y Bienestar Universitario) que a la postre son los determinantes de la calidad de la Educación Superior.
Si se contrastan los dos estudios la conclusión sorprendente es que la UPC en medio de las dificultades ha logrado escalar posiciones incidiendo favorablemente sobre una población estudiantil que llega al claustro con muchas debilidades en áreas críticas como matemáticas, lenguaje, segunda lengua y ciencias naturales.Todos sabemos que en la Popular no se forman los egresados del Colegio Bilingüe o Gimnasio del Norte que lideran las pruebas Saber en el Cesar: allí la mayoría de la población proviene de los estratos 1, 2 y 3. Otro informe que pasó desapercibido fue el proveniente del Instituto Nacional de Transparencia. La UPC en sólo dos años de administración del actual rector Jesualdo Hernández pasó de un incómodo penúltimo lugar en materia de transparencia entre las 32 universidades estatales a ubicarse en las 5 primeras.
Ya no se considera institución de alto riesgo de corrupción, sino que avanzó al nivel de las que están en medio riesgo y el propósito es que en la medición del 2013 pase a bajo riesgo, De manera pues que no se trata de evadir la responsabilidad en tan indeseable resultado. Los estamentos que conforman la UPC son plenamente conscientes de la necesidad de mejorar en todos los sentidos. Pero, ¡por Dios!, el proyecto de la Universidad Nacional, sede caribe continental se justifica por sí solo. No hay necesidad de ensañarse contra una institución que en medio de la indolencia ancestral lucha a brazo partido por salir adelante. ¡La culpa no es sólo de la flaca!