Desde que tengo uso de razón he tenido conocimiento de la existencia del Club de Leones, importante organismo internacional sin ánimo de lucro, que lleva la vocación de servicio a otro nivel en donde sus miembros amplían los horizontes de sus intereses personales o profesionales, en beneficio de la colectividad, no en vano su lema es: ‘Nosotros servimos’.
Me son muy familiares las actividades del leonismo, gracias a que mi querido abuelo Ulises Sánchez Barliz, fue por muchos años un entusiasta integrante de esta entidad, así como lo han sido prestantes miembros de la sociedad valduparense, hombres de la talla de Manuel Germán y Esteban Cuello Gutiérrez, Eduardo Montero Castro, Regulo ‘El Pinde’ García, Jorge Saade Acosta, Guillermo Granados, Manuel Pineda Bastidas, Manuel Palencia Carat, Luis Alban Molina y Raúl Gómez entre otros, en su mayoría fallecidos, y quienes en su momento dejaron una huella indeleble de amor y servicio comunitario.
Por una gentil invitación de mis amigos Diomar Barbosa Vergel, su hijo Gustavo y Marielena Saade, miembros activos del movimiento leonistico, pude asistir a una segunda jornada de capacitación, dentro de un maravilloso programa denominado por el Leonismo Internacional como: Lion Quest, lo cual traducido al español es: La Búsqueda de los Leones o La Cruzada de los Leones, y no es más que una gran y eficiente labor social y educativa adelantada por este Club de Filántropos, en donde capacitan a los docentes de colegios de escasos recursos para que reciban un mejor nivel de aprendizaje basado en el respeto y sobre todo en la recuperación de muchos valores que se han ido perdiendo, fortalecimiento los que aún prevalecen.
La metodología está fundamentada en mostrarle al maestro lo que el alumno debe vivir en la cotidianidad de la escuela y sus clases, para que para que estos a su vez lo apliquen en sus cargas académicas, haciendo sus asignaturas más productivas, amenas y eficaces, permitiendo que exista un verdadero desarrollo positivo de la niñez y la juventud, formando niños con sentido de pertenencia y verdaderos valores que los convertirán en futuros hombres de bien al servicio de su comunidad. Se da una dinámica participativa en donde se crea una especie de trípode para integrar a los padres con la labor escolar de sus hijos a través de sus profesores, es decir que los docentes fomentan una mayor vinculación de los padres de familia con el alumnado, especialmente con sus hijos y por consiguiente con el claustro educativo, a través de esta metodología también se integra positivamente toda la comunidad.
Estas jornadas también tienen como propósito que aprendan más sobre sus compañeros, estrechen los vínculos y establezcan normas que ayuden a crear una comunidad de aprendizaje, respetuosa y colaboradora, en donde prevalezca la responsabilidad y la consideración por el prójimo, en especial por los mayores. En esta capacitación se instruyeron durante dos días a maestros de los grados noveno, decimo y once de los Colegios Francisco Molina Sánchez y Joaquín Ochoa, por parte de la capacitadora nacional Maritza Villacorte. Claustros como estos también se han visto afectados por el azote de las famosas “tardeadas”, un fenómeno que aqueja a la mayoría de la comunidad estudiantil vallenata, en donde la descomposición social ha permitido que la adolescencia sea víctima de abusos, y sobre todo de la drogadicción, con la Cruzada de los Leones se combaten estos flagelos, a través de buenas bases educativas. Felicitaciones al Club de Leones Valledupar Monarca y Dios permita que estas campañas en beneficio comunitario se sigan dando.
Por Julio Mario Celedón