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La corrupción fue acabando el Sindicato de Loteros del Cesar

Hoy las instalaciones del Instituto Técnico Comercial Marco Fidel Suárez se alista para recibir el Centro de Protección para la Niñez.

Unidad Investigativa / EL PILÓN   

El cierre de las loterías en la Costa Atlántica, y el mal manejo de los recursos, fueron razones para que el Sindicato de Loteros de Valledupar quedara prácticamente acabado.  

En Valledupar, el nacimiento jurídico del Sindicato de Loteros fue el 30 de noviembre de 1964, ese día, la entidad recibió oficialmente el reconocimiento de la Personería Jurídica con la numeración 01803. Cuarenta y ocho años después la asociación que defendía los intereses de más de dos mil vendedores del juego de azar, desapareció. Así sucedió con  las loterías de La Guajira, Bolívar, Córdoba, Atlántico, Lotería del Cesar La Vallenata, y Libertador de Santa Marta. 

Los loteros de la capital del Cesar se organizaron a través del sindicato con el fin de obtener recursos por parte del Estado y las federaciones de loterías nacionales, un dos por ciento de las ventas era el monto girado por las distribuidoras a las diferentes agremiaciones del país. En Valledupar, con esos recursos y otros entregados por los inscritos en la corporación lotera, se creó el Instituto Técnico Comercial Marco Fidel Suárez, un plantel educativo de renombre en Valledupar. 

EL PILÓN consultó a varios mayoristas de loterías, y a loteros que formaron parte del sindicato en Valledupar, y en sus declaraciones denunciaron “corrupción” por parte de la junta directiva de la asociación. Resaltaron la labor hecha por Milton Meza y Arturo Hurtado fundadores del mismo, el buen aporte que hizo Consuelo Araújo Noguera como gerente de la Lotería La Vallenata, en 1988,  y denunciaron que los predios donde estaba situado el colegio Marco Fidel Suárez serán vendidos sin autorización del grupo perteneciente al sindicato. 

Fidel Villadiego Muñoz, llegó a Valledupar en 1965 proveniente de La Loma, Cesar, se dedicó a vender lotería y de inmediato ingresó a las filas del Sindicato de Loteros. “Siempre tuve la propuesta de que el Sindicato de Valledupar manejara sus cupos de loterías y nunca prestaron atención”. El lotero que se recorría las calles de la ciudad en una bicicleta, aseguró que “el sindicato no tenía el cupo para expender loterías y le cobraba un dos por ciento a las federaciones nacionales por la venta de todas las loterías en el Cesar y uno tenía que sacar la lotería por otro lado”. Para Villadiego Muñoz en recuerdos quedarán aquellas celebraciones del Día del Lotero, fecha que legalmente no aparece en los estatutos de Colombia. 

El tiempo corría y la corporación sindical perdía vigencia, ya después de 1970 los loteros solicitaban sus derechos y comenzaron a unirse con diferentes gremios del país, quienes con frecuencia marcharon en voz de protesta solicitando el 25 por ciento por las ventas; loterías y agencias distribuidoras otorgaban el 20. 

Para Miguel Quintero, propietario de una agencia de loterías en Valledupar la caída del sindicato fue lamentable porque “se lo comieron los mismos directivos, lo último que hicieron fue vender los terrenos del sindicato y se repartieron la plata”, según Quintero los beneficios que tenía un lotero en las filas del gremio eran salud, pensión, bonificación, colegio gratis y algunas fiestas en el año. 

“Todas las loterías del país le daban auxilio a los sindicatos, pero viendo la forma como los dirigentes se gastaban la plata en parrandas, decidieron omitir el envío” manifestó a EL PILÓN, en su puesto de venta ubicado en el centro de Valledupar. Este hombre, que llegó a Valledupar desde el año 1965, proveniente del Sindicato Unión Heredal de Loteros de Barranquilla dijo “se acabó todo, el derroche de plata terminó el sindicato”. 

En los años 80 Cristóbal Jiménez Jiménez llegó al sindicato que estaba compuesto por diez personas y las elecciones se repetían anualmente, recuerda que su entrada la patrocinó Arturo Hurtado, dueño de una agencia en Valledupar. “los directivos eran los que gozaban el bienestar que entraba a las arcas del sindicato, Consuelo Araújo puso un cinco por ciento de remuneración para el lotero sobre las ventas y nunca se sabía cuál era el fin del dinero”. 

¿Qué pasó con el Marco Fidel Suárez?

Cristóbal Jiménez como conocedor de loterías en los últimos 30 años, precisó que el lote ubicado frente al colegio Marco Fidel Suárez fue comprado entre todos los sindicalistas y actualmente lo vendieron, “ahora van a vender el colegio”, aseguró. 

Hoy las instalaciones del Instituto Técnico Comercial Marco Fidel Suárez se alistan para recibir el Centro de Protección para la Niñez, 
Al parecer las personas encargadas de manejar el predio donde quedaba el claustro educativo son dirigentes del Sindicato de Loteros, que le habrían cambiado la razón social al Sindicato para acceder a ventas como el lote ubicado al frente del colegio donde se dictaban clases de preescolar y básica primaria.

La edificación, donde quedaba el colegio, ubicada en la carrera 6 con calle 19B – 67 del barrio Kennedy, está rodeada de talleres de mecánica. Su estructura no ha sido cambiada, y los salones de clases siguen iguales. Al parecer serán escogidos por los nuevos arrendatarios como oficinas de atención al cliente. Entre los únicos recuerdos del antiguo Marco Fidel Suárez está una vieja banca que mantiene el nombre de la Lotería La Vallenata que se encuentra en las afueras del lugar y el nombre de Ingrid Maestre plasmado en una pared donde funcionaba el la aula múltiple del colegio.       

Las ganancias 

La lotería según la Ley 643 de 2001, articulo 11: “es una modalidad de juego de suerte y azar realizada en forma periódica por un ente legal autorizado, un vendedor de lotería gana el 20 por ciento sobre sus ventas, de esas ganancias debe solventar los pagos de salud, pensión, educación (en caso de tener hijos), transporte, impuestos, entre otros. Un lotero que vende 10 billetes de la Lotería de Medellín, la más comprada en Valledupar, se gana 24 mil pesos, algunos no logran vender cinco en el día y sus ganancias no sobre pasan los 12 mil pesos. Por eso los loteros en Valledupar hoy se preguntan si pueden ellos mantener un hogar con esa cantidad de dinero. Otros se cuestionan dónde están los dirigentes del Sindicato de Loteros de Valledupar, y a dónde fueron a parar los recursos de la venta del lote del colegio Marco Fidel Suárez?

Los descuentos al ganador 

En 1970, un billete de lotería pagaba por su premio mayor 12 mil pesos, se dividía en más de 100 fracciones con números diferentes, ese precio es el mismo que vale un billete de lotería hoy y paga 4 mil 300 millones de pesos sin descuento; según la Ley al valor del premio se le descuenta el 17 por ciento de impuesto a ganadores, el valor que resulte corresponde a la base gravable para retención en la fuente que corresponde al 20 por ciento. El primer descuento del 17 es con destino al Fondo Financiero Distrital de Salud y el segundo del 20, se gira a la DIAN.

¿El Baloto bajó las ventas?  

Según el concepto de Miguel Quintero el Baloto bajó las ventas en un principio, “pero ya no es así, ese juego tiene más de 800 millones de números y por lo regular cuando cae nunca se sabe quien es el ganador”, para el expendedor de loterías a la gente le gusta saber en manos de quien cayó el premio y además tantos números aleja a los compradores. 
 

Puntos de vista 

Jorge Iván Barros Rojas, Distribuidor: “Las ventas han bajado a raíz de que en las loterías de la costa todas salieron de circulación. La Lotería de Medellín es la más vendida en Valledupar, se vende de un 50 a 60 por ciento de lo enviado al Cesar”. 

Francisco Castilla Montero, Lotero: “La tendencia del Sindicato es acabarse, de ese gremio comían pocos y tenía muchos socios. Cuando yo me retiré en 1997 había por lo menos 124 socios pero el dinero no se veía. No habían garantías”. 

Línea de Tiempo 

En los años 80 en Valledupar existían siete agencias distribuidoras de loterías pertenecientes a Roberto 'El Gallo' Ustáriz; Federico Mendoza Plata; Lina de Cárdenas; Arturo Hurtado; Luis Mejia Zuleta; Armando Córdoba; y Miguel Quintero. 

A la fecha, existe una sola agencia dirigida por Alberto 'El Chino' Payares. Personas como Luis Mejía Zuleta y Jorge Iván Barros, son mayoristas. 

Dato 

El mayor distribuidor de loterías en el Cesar y La Guajira es Alberto 'El Chino' Payares.  

  • 2.500 pesos pagaba un lotero en exámenes médicos que debía hacerse antes de ingresar al Sindicato de Loteros de Valledupar, en 1980.  
  • La suma de 13 mil pesos mensuales de pensión debía pagar un lotero por tres hijos en el colegio Marco Fidel Suárez en el año 1994. 

“Me saqué yo mismo por los desmanes que habían en la organización de los loteros de Valledupar”: Fidel Villadiego.  

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