A pesar de las billonarias regalías que ha recibido el departamento del Cesar por la explotación de carbón, la pobreza, el desempleo y la desigualdad son algunas de las características por las que, infortunadamente, muchas veces se hace referencia a este territorio del norte del país.
Es el caso del excandidato a la presidencia de Colombia Sergio Fajardo, quien le atribuyó este panorama al flagelo de la corrupción durante su campaña electoral. “La corrupción en el Cesar se ha robado las posibilidades de desarrollo. Y esa no es una buena imagen, pero tampoco se puede ignorar”, dijo el matemático en una entrevista con EL PILÓN.
BILLONARIAS PÉRDIDAS
En ello concuerda Nancio Galván: “A pesar de tener más recursos que otros municipios, estamos en peores condiciones porque hay dirigentes que han utilizado el erario como un botín para enriquecerse”. El presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros en el Cesar, dijo a este diario que dicho problema también responde al “fortalecimiento político” de la región.
“Con los recursos pueden comprar votos porque esa es la forma de hacer política en nuestro medio”, agregó. No obstante, de acuerdo con la Contraloría General de la República, este es un problema generalizado en Colombia que anualmente le cuesta 50 billones de pesos a la ciudadanía.
Esa cifra, hasta el 2020 superaba los 18 mil millones de dólares norteamericanos. A nivel global, y hasta la misma fecha, el 2 % del PIB mundial se pierde en pago de sobornos, según el Fondo Monetario Internacional.
“La maldita corrupción”, como la describió el secretario de Gobierno de Valledupar, Arturo Calderón, parece perseguir al exacalde de esta capital, Augusto Ramírez Uhía y al gobernador electo Luis Alberto Monsalvo, investigados por presuntas irregularidades en sus administraciones.
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MANIFESTACIONES
En infraestructuras como la de instituciones educativas, hospitales, escenarios deportivos y culturales de los diferentes municipios es posible evidenciar las faltas éticas, morales y de justicia de la sociedad cesarense.
“Parte de la corrupción es robar una porción de los recursos, pero la otra es más sutil porque se priorizan obras que no resuelven las necesidades fundamentales de la población”, acotó el citado líder gremial.
Uno de los escenarios de perversión es la contratación pública, la cual fue regulada por la Ley 2022 de 2020 para obligar a las entidades públicas a hacer uso de los pliegos tipo, documentos que establecen los requisitos para la selección de contratistas.
Pero a pesar de la normatividad, advierte Galván Barros, “en muchos casos no se puede hacer cumplir porque los entes de control no operan por influencia de los funcionarios”.
ADEMÁS DE POLÍTICOS
Por otra parte, el director de Fiscalías en el Cesar, Andrés Palencia, afirmó a esta casa editorial que a nivel local no se tiene una cifra exacta en pesos de cuánto le cuesta la corrupción a los cesarenses.
“Aunque lastimosamente los recursos que se pierden por la corrupción en el Cesar son amplísimos, es aventurado dar una cifra concreta porque este es un fenómeno complejo que tiene muchas dimensiones”, mencionó Palencia.
Pero no son solo los políticos y los contratistas, también se ha corrompido el sistema judicial y otras instituciones de la sociedad. Palencia Fajardo agregó que la Fiscalía General de la Nación “también se concentra en la administración de la justicia, lastimosamente hay fiscales que olvidan su misionalidad y policías que aceptan sobornos…”.
El director puntualizó que la entidad ha hecho pedagogía en las ramas de la administración pública para prevenir que se cometan delitos contra el Estado. A nivel individual, cabe traer al presente una frase de Gabriel Romero Pedrozo, sobre el particular: “Hay que tener gallardía frente a uno mismo, no debe dejarse llevar por el facilismo económico”.
Romero Pedrozo, cesarense, recibió un reconocimiento por la lucha contra la corrupción en 2010 por parte del Congreso de la República.
Redacción EL PILÓN.